La anécdota de Putin y la rata en Leningrado que siempre cuenta para explicar su estrategia política

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, nació y creció en Leningrado (actual San Petersburgo). Como cualquier otro niño, buscaba pasatiempos con sus amigos para divertirse. Uno de ellos era perseguir ratas. Los animaluchos solían escapar de los niños, excepto en una ocasión.

Según contó Putin en una entrevista en el año 2000, consiguió acorralar a una rata en una de las persecuciones con sus amigos. Sin embargo, como el animal no tenía escapatoria, cambió completamente de actitud y arremetió agresivamente contra el actual presidente de Rusia. “Allí, en el rellano, recibí una lección rápida y duradera sobre el significado de la palabra acorralado”, dijo Putin.

Así, Putin presenta a Rusia como aquella rata a la que han dejado sin escapatoria, un país que era víctima de una persecución internacional y que, al verse acorralado, no ha tenido más opción que darse la vuelta y defenderse ante la amenaza del gigante. Con Putin pasa lo mismo: un Putin acorralado es un Putin peligroso.

De hecho, el presidente ha presentado a su país como el pequeño héroe en muchas ocasiones. No han faltado las veces en las que ha mencionado a la Alemania nazi como el gigante, y a Rusia como la rata que se defendió y venció. La historia de Rusia, a ojos de Putin, está marcada por abusos externos en los que el ‘diminuto’ país ha sacado uñas y dientes y ha vencido.

Además, durante la guerra de Ucrania, y ante el apoyo que Occidente hace a Kiev, el presidente ruso ha asegurado en más de una ocasión que “si la integridad territorial” de Rusia “se ve amenazada”, utilizarán “todos los medios para defender a Rusia y a nuestro pueblo”.

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