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CONFLICTOS INTERNACIONALES

Israel anuncia la llegada de una “nueva fase” de la guerra

El país hebreo pretende devolver a muchos reservistas a la vida civil y llevar a cabo ataques más “precisos” tras las críticas por las muertes de civiles.

Actualizado a
Israeli soldiers walk next to tanks, amid the ongoing conflict between Israel and the Palestinian Islamist group Hamas, near the Israel-Gaza border, in southern Israel, January 1, 2024. REUTERS/Violeta Santos Moura
VIOLETA SANTOS MOURAREUTERS

Hace unos días era el presidente israelí, Benjamin Netanyahu, el que en su discurso de fin de año avisaba a la población de que la guerra aún iba a durar “varios meses”. Recientemente, ha sido un funcionario del Gobierno el que en unas declaraciones a Reuters ha confirmado que Israel se dispone a entrar en una nueva fase de la guerra, de mayor duración, pero que implica una menor presencia de soldados en la Franja. Esta nueva acción tiene como principal objetivo llevar a cabo operaciones más específicas contra Hamás y así poder devolver a los miles de reservistas movilizados a la vida civil.

Tirón de orejas internacional

Las razones de este cambio de estrategia seguramente no se deban a un solo motivo sino más bien a una combinación de factores que han propiciado que esta parezca la estrategia más razonable. En primer lugar están las muertes de civiles en la Franja y la situación crítica que viven los casi dos millones de desplazados. La solidaridad que mostraron todos los países con Israel tras los ataques del 7 de octubre se ha convertido, con el paso de las semanas, en protestas cada vez más airadas. Si bien ni la UE, ni EEUU se han mostrado excesivamente críticos con un país que en menos de 3 meses ha provocado la muerte de casi 10.000 niños, la situación se estaba volviendo cada vez más insostenible e incluso Biden tuvo que amonestar públicamente a su homólogo israelí por las altas cifras de civiles asesinados.

Tensión en las fronteras

Otro de los motivos de la movilización de tropas parecen ser los ataques continuados que Israel está sufriendo a lo largo de sus otras fronteras, especialmente en el Norte con Líbano, donde el grupo islamista armado Hezbolá ha efectuado, y recibido, numerosos ataques. Según el funcionario israelí, algunas de las cinco brigadas que se han retirado de la franja, permanecerán en alerta por un aumento del conflicto con Hezbolá. Israel, que se encuentra rodeado por países que apoyan la causa palestina y ha recibido, además, ataques desde Siria, Irak y Yemen, aunque todos ellos han sido rechazados con facilidad. Sin embargo, diversos cargos del ejército del país hebreo ya han amenazado a Hezbolá de que si la situación en la frontera Norte se agrava, la respuesta podría ser contundente.

Fuerza de trabajo

Por último, uno de los principales motivos parece residir en las consecuencias que está teniendo para la economía israelí la movilización de entre un 10% y un 15% de su fuerza de trabajo. Un total de 300.000 reservistas se habían incorporado a las Fuerzas Armadas Israelíes tras los atentados del 7 de octubre, de los cuales 250.000 aún seguían sin haber vuelto a sus hogares. Esta movilización, la más grande de su historia, había provocado un estancamiento en la economía del país, que ahora pretenden “revitalizar” con la vuelta de un porcentaje alto de los mismos. Según fuentes de Israel, en Gaza han muerto 174 soldados, muchos de los cuales eran reservistas.

Final incierto

Los objetivos de Israel para esta tercera etapa deberían ser la liberación de los 129 rehenes que aún permanecen cautivos en la Franja, si bien Hamás ha dicho que no los liberará a no ser que se detengan todas las hostilidades. Según fuentes israelíes el grupo islamista ha perdido 8.000 hombres en combate y tiene una fuerza total de 30.000 combatientes, por lo que aún los consideran un peligro. Muchos expertos en la región han puesto en duda hasta ahora la estrategia llevada a cabo por el país hebreo, que se enfrenta en muchos lugares de la Franja a una especie de guerra de guerrillas que se podría alargar indefinidamente. Mientras tanto, entre los gazatíes, que deben sobrevivir sin apenas agua potable, comida ni medicamentos y que han visto destruirse un 80% de los edificios y la mayoría de escuelas y hospitales de la Franja, no hace sino crecer el apoyo a Hamás, al que ven como única defensa frente a los constantes bombardeos indiscriminados.