El ventajoso acuerdo de Zelenski con Reino Unido
El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha anunciado la creación de una coalición de países que tendrá como finalidad un objetivo ansiado por Kiev: el envío de cazas F-16.
El suelo de los campos quemados del Donbás tiembla. De fondo comentan que está a punto de empezar, que sólo falta atar algunos cabos sueltos. La contraofensiva ucraniana ha logrado unificar las esperanzas armamentísticas de un país que buscaba no desaparecer meses atrás con aquellas que sueñan con la expulsión total del enemigo. Poco a poco, el arsenal se va llenando; y muy lentamente se van cumpliendo solicitudes que meses atrás se antojaban imposibles.
La última no se ha hecho realidad. Todavía. Pero lleva siendo un asunto pendiente desde que el frío envolviese las calles de Kiev en el enero más sangriento desde la caída de la Unión Soviética. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, sabe que para lograr su paz debe conquistar el cielo. Y ahora, en su gira europea, ha perfilado con Reino Unido los detalles de tan codiciado objetivo: aviones de combate F-16.
Un paso para conquistar el cielo
Aunque la primera respuesta, meses atrás, fue un rotundo y momentáneo ‘no’ por parte de Washington y Berlín, Londres ha abierto la puerta a otra coalición occidental que tenga como finalidad dar el visto bueno a una donación de este calibre. Esta ha sido la principal conclusión a la que ha llegado el líder ucraniano con el primer ministro británico, Rishi Sunak, en la cumbre que ambos han mantenido en la residencia campestre del segundo.
Zelenski ha incidido en las serias limitaciones que tiene su ejército para combatir a las tropas de la Z. “No se trata solo de tener estos aviones, es la formación de pilotos y la logística lo que dificulta esta operación”, ha aseverado. Y la respuesta de su homólogo británico ha sido música para unos oídos que han escuchado el estruendo ensordecedor de una bomba. Y de muchas.
No solamente ha anunciado que el programa de capacitación para pilotos ucranianos comenzará “relativamente pronto” -se prevé que este verano-, sino que, además, ha prometido que Reino Unido será una parte clave de una coalición de países que apoyan a Ucrania en la difícil misión de proteger sus cielos. Y, en esa línea, la última confesión de Sunak deja media jarra de decepción y dos de esperanza al líder ucraniano: “No es fácil desarrollar una capacidad para transferir aviones de combate”.
Los primeros en donar misiles de largo alcance
Todo se andará. O se volará. Mientras tanto, desde Downing Street ya han garantizado el envío a Kiev de cientos de misiles de defensa aérea y de sistemas aéreos no tripulados. Drones. Muchos de ellos con capacidad de ataque a largo alcance -más de 200 km-. Todo este material armamentístico acompañará a los temidos misiles ‘Storm Shadows’ que Reino Unido también proporcionará a Ucrania.
“Su apoyo es mucho para nosotros. Usted hizo mucho: usted, su Gobierno y Su Majestad el Rey (Carlos III) y, por supuesto, su gente, su sociedad”, ha expresado un complacido Zelenski. Y, con el suspiro de quien abre una puerta tras probar con todos los manojos de llaves que caben en el mar, sentencia: “Estamos agradecidos de todo corazón, de los ucranianos, de nuestros soldados, estamos agradecidos”.
Reino Unido ha sido el primer país en colgarse una medalla particular, pero con el riesgo de que el metal en la que se funde pueda pesar demasiado. Han roto la barrera del envío de armas de largo alcance. Y no es sino un paso más en el apoyo que brinda la potencia anglosajona desde el inicio de la guerra. Sin ir más lejos, el año pasado entrenó a 15.000 militares ucranianos.
Y es que no todas las líneas rojas son iguales: el avance bélico las desdibuja y crea nuevos horizontes, futuros cargados de peligro e incertidumbre. Cuesta visualizarlos. Desde el frente no hay muchas pistas. Sólo ruido. Y el suelo quemado del Donbás, que sigue temblando.