El PP le exige a Feijóo que acabe con VOX
La estrategia futura del partido pasará por capitalizar el posible descenso electoral de la ultraderecha para volver a ser la casa grande del espacio conservador
El Partido Popular está haciendo control de daños a puerta cerrada. Son los vencedores de las elecciones, pero se saben sin posibilidad real de articular una mayoría parlamentaria. Sin embargo, hay una cosa que no se cuestiona. El liderazgo de Alberto Núñez Feijóo. Así lo ha confirmado El País en un extenso artículo firmado por Javier Casqueiro y Virginia Martínez, y en el que se incluyen citas de varios de los principales pesos pesados de la bancada conservadora.
Hay dos barones territoriales que, por su alta popularidad dentro del partido y en sus respectivas comunidades autónomas, podrían potencialmente hacer sombra a Feijóo. Son Juanma Moreno, de Andalucía, e Isabel Díaz Ayuso, de Madrid. Ambos son presidentes de sus regiones. Pero son muy distintos. El primero exhibe un talante moderado y conciliador. La segunda tiene una línea mucho más dura, y cree que la mejor forma de neutralizar a Vox es acercarse a sus postulados para seducir a sus votantes.
No obstante, los dos han confirmado que ni se plantean tratar de dar un paso al frente hacia el terreno nacional. Consideran al expresidente gallego la cabeza de la formación y le instan activamente a quedarse en el puesto, incluso en el caso de no conseguir formar gobierno. Aunque parece ser que, desde Génova, también advierten de que no está Feijóo acostumbrado a “no mandar”, ya que viene de años encadenando mayorías absolutas en su tierra. Esto podría dificultar que el político aguantara cuatro años viendo los toros desde la barrera.
La llamada del rey
Otra gran preocupación de los populares es Vox. No terminan de dar con la tecla para absorber a su incómodo socio. El entendimiento obligado con la ultraderecha debilita sus opciones de apelar al votante moderado. Y, además, al tener que compartir los sufragios de su flanco derecho, muchos escaños se pierden. Pero la sensación general es de optimismo en este campo. Fagocitar a los de Abascal es la prioridad ahora mismo. Y, según apunta la pieza de El País, se cree que es cuestión de tiempo el declive de los ultras.
También parece unánime el sentir de que el candidato de la derecha debe presentarse a la investidura a pesar de no contar con los apoyos suficientes. Simplemente por dar imagen de que aún hay batalla. El miedo es que, viendo que Pedro Sánchez cuenta con más diputados dispuestos a darle el sí, el rey Felipe VI decidiera llamar directamente al actual jefe de gobierno y saltarse al popular. Aunque también hay confianza en que las cosas no lleguen a este escenario, tal y como ha dicho el diputado Rafael Hernando, recordando la ocasión en la que el rey telefoneó a Mariani Rajoy en 2016 -siendo su partido la fuerza más votada- a pesar de que se sabía a ciencia cierta que no podría conformar ejecutivo.