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CONFLICTOS INTERNACIONALES

El gran problema de Israel con los judíos ultraortodoxos

A cambio de su apoyo a los sucesivos gobiernos, los ultraortodoxos han logrado mantener exenciones al servicio militar, aunque todo ha cambiado ahora con la resolución de la Corte Suprema.

El gran problema de Israel con los judíos ultraortodoxos
ABIR SULTANEFE

Los judíos ultra ortodoxos, conocidos como “haredíes” practican una forma de judaísmo caracterizada por una rigurosa observancia religiosa y de estudio, y un estricto estilo de vida. Representan casi el 14% de los 9,5 millones de ciudadanos de Israel y son el segmento de la población que crece más rápidamente.

Una familia media ultra ortodoxa en Israel tiene entre 6 y 20 hijos, a cargo de la madre, que se dedica a trabajar dentro y fuera y casa, mientras el marido estudia la Torá, el libro sagrado de los judíos, durante 10 y 12 horas al día. Este estudio exclusivo dedicado a la religión es lo que alegan los ultraortodoxos que no les deja tiempo para nada más, concretamente para realizar el servicio militar obligatorio.

Privilegio perdido

Este privilegio, que lleva siendo debatido durante décadas en el seno de Israel, ha terminado. Desde hace un mes están obligados, como el resto de ciudadanos del país, a realizar el servicio militar y, si fuera necesario, acudir a la llamada del Estado en un conflicto. La medida está derivando en conflictos en las calles y a las puertas de las escuelas de formación de las FDI (las Fuerzas de Defensa de Israel).

Se calcula que cerca de 67.000 hombres haredíes podrían incorporarse al servicio militar obligatorio. Pese a que en Israel el servicio militar es obligatorio también para las mujeres, no entra en los planes que las judías ortodoxas sean llamadas también.

La Corte Suprema ha decidido que “no existe base legal para excluir a los hombres ultra ortodoxos del reclutamiento” y que si no sirven en el Ejército tampoco deben recibir subvenciones educativas o de asistencia social financiadas con fondos públicos. Una medida que podría tener consecuencias para el Gobierno de Netanyahu porque depende del apoyo de partidos ultra ortodoxos, aunque no parece el momento de convocar unas nuevas elecciones tal y como está la situación en la región.

En una decisión unánime, nueve jueces sostuvieron que no había base legal alguna para la exención militar concedida desde a los estudiantes de ultra ortodoxos. Por tanto, dada la ausencia de una ley que distinga entre seminaristas y otros hombres en edad de alistarse, el tribunal dictaminó que las leyes de servicio obligatorio del país deben aplicarse igualmente a esta minoría.

Los tribunales israelíes ya habían fallado en contra de la exención anteriormente, incluyendo decisiones de la Corte Suprema en los años 1998, 2012 y 2017. El máximo tribunal ya había advertido en repetidas ocasiones al gobierno que debía plasmar la resolución en una ley y le había dado tiempo para elaborar la legislación.

Desde hace siete años, desde que se anuló la última, los sucesivos gobiernos han dado largas a la elaboración de esta legislación. Fue en 2023 cuando la ley caducó, lo que llevó al gobierno a ordenar a los militares que no reclutaran a los ultra ortodoxos mientras seguía la exención. Hasta ahora.

“Este es un debate muy viejo que comenzó hace 75 años, cuando el primer ministro Ben Gurion aceptó que unas 400 mentes brillantes en el estudio de la Torá no tendrían la obligación de servir en el ejército”, explicaba hace meses Tamir Pardo, ex jefe del Mosad entre los años 2011 y 2016.

La actual guerra en Gaza ha reavivado en todos los frentes el debate sobre el tema del reclutamiento de los jóvenes ultra ortodoxos que estudian la Torá en las yeshivás o escuelas religiosas. Esos más de 67 mil jóvenes equivaldrían a cinco divisiones de soldados que no son llamados a filas.

Precisamente, para afrontar el déficit de soldados Netanyahu propuso que se ampliara el tiempo de servicio militar de 32 a 36 meses, así como aumentar el período en que los reservistas son llamados a filas cada año, que pasarían a cumplir 40 días en lugar de 25, mientras los oficiales estarían en servicio 80 días en lugar de los 30 actuales. Las protestas del resto de ciudadanos con obligaciones por todo el país no se hicieron esperar, tanto dentro como fuera del país.

El fiscal general de Israel, Gali Baharav-Miara, dijo hace meses a funcionarios del gobierno que el ejército se había comprometido a reclutar, al menos, a 3.000 estudiantes religiosos ultra ortodoxos durante el próximo año, una medida que debería empezar estos días con los primeros 600 alumnos, pese a las protestas, aunque es un dato mínimo respecto al resto de judíos.

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