Crisis abierta en Portugal
El país se divide entre celebrar elecciones anticipadas o buscar un sucesor socialista a Antonio Costa. Los Presupuestos Generales, los más afectados.
¿Se celebrarán elecciones anticipadas en Portugal tras la dimisión de António Costa? ¿O presentará el Partido Socialista a un sustituto? De momento, solo se saben dos cosas: que el país está dividido por esas cuestiones y que el ‘árbitro’ que decidirá si hay comicios o no es Marcelo Rebelo de Sousa, el presidente de la república. De momento, Rebelo de Sousa ha decidido mantener silencio y convocar al Consejo de Estado este jueves. Después, decidirá el futuro de Portugal respondiendo a las preguntas que encabezan este párrafo.
El modus operandi ha sido el siguiente. Rebelo de Sousa se ha reunido este miércoles con los líderes de los ocho partidos con representación parlamentaria. Casi todos prefieren unas elecciones anticipadas, aunque no le convenga a todas las formaciones. Pero Rebelo de Sousa apuesta por mantener a Costa como primer ministro en funciones hasta que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado, según ha declarado el líder del partido de extrema derecha Chega, André Ventura, tras reunirse este miércoles con el presidente de la república. Los presupuestos se someterán a voto el próximo 29 de noviembre.
Hace dos años Costa ganó las elecciones con mayoría absoluta. Su campaña electoral se basó en el prestigio de su figura. Personalizó su candidatura. Es el único líder socialista que gobernaba con mayoría absoluta en Europa, junto al presidente de Malta. Conocedor de esta ‘fama’, Rebelo de Sousa pronunció las siguientes palabras cuando Costa se hizo primer ministro: “Ahora que ha ganado, y lo ha hecho para cuatro años y medio [...] estoy seguro de que su excelencia sabe que no será fácil que ese rostro, esa cara que ganó las elecciones de forma tan incuestionable y tan notable, sea sustituido por otro a mitad de camino”.
Los partidos que exigen a Rebelo de Sousa unas elecciones inmediatas se aferran a esas palabras. Es decir, Rebelo de Sousa indicó que, en caso de una dimisión de Costa, lo más adecuado sería convocar unos comicios porque no sería fácil sustituir “ese rostro, esa cara”. Según El País, Rebelo de Sousa prefiere retrasar la disolución de la Cámara porque “le preocupa” el impacto que tendría en algunas decisiones, como la privatización de la aerolínea TAP, la ubicación del nuevo aeropuerto de Lisboa o la solución al caos de la sanidad pública. También los propios presupuestos.
Cuando dimite un primer ministro en Portugal, según la Constitución del país, caen con él todas las propuestas legislativas. Según recoge el diario portugués Observador, se espera que Rebelo de Sousa anuncie la disolución de la Cámara este jueves, aunque “se inclinará por adelantar las elecciones legislativas a febrero” para no perjudicar los presupuestos y dar tiempo al Partido Socialista a recomponerse.