Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

POLÍTICA

Corea del Norte destruye el monumento de la ‘esperanza’ con el Sur, según un informe

El “Arco de la Reunificación” había sido descrito como una “monstruosidad” por Kim Jong-un y según un informe recogido por Reuters, citando a NK News ha sido demolido. La tensión entre ambos países lleva en continuo aumento desde noviembre.

FILE PHOTO: People take part in the celebrations for the National Liberation Day near the Arch of Reunification in the city of Pyongyang, North Korea August 14, 2005. North Korea has demolished the Arch after leader Kim Jong Un said in January 2024 that reunification was no longer possible. Picture taken August 14, 2005./File Photo
YURI MALTSEVREUTERS

En 1948 la península de Corea trazó una línea en su territorio que simbolizaba de forma evidente la división que en aquel momento partía al mundo en dos mitades. Arriba, los seguidores de la Revolución rusa, la maltratada clase obrera, la socialización de los medios de producción y la utopía proletaria. Abajo, los defensores de la libertad, las promesas de la meritocracia, el libre mercado y la utopía democrática. Comunismo o Capitalismo, Estados Unidos o Unión Soviética, Norte o Sur. Han pasado 75 años desde aquello y el mundo se ha vuelto multipolar, ha abandonado las tesis comunistas y ha abrazado, por ahora, la inevitabilidad capitalista. El conflicto de las dos Coreas se mantiene como un eco de disputas ya olvidadas y la existencia de una solo se puede justificar como negación de la otra. Se odian tanto como se necesitan y cuanto más se esfuerzan en demostrar sus diferencias, más dependientes se vuelven.

Diferentes, pero iguales

La utopía proletaria se convirtió en una represiva dictadura en la que los ciudadanos no pueden acceder a Internet, moverse libremente por el país, ver la televisión o elegir un peinado que no esté entre los seleccionados por el Gobierno. La economía es altamente dependiente de la ayuda humanitaria proveniente, sobre todo, de China y de los negocios con Rusia y un 40% de la población se encuentra por debajo del umbral de pobreza. En su vecina del Sur, que abrazó las tesis capitalistas, el Gobierno tuvo que retirar su propuesta de aumentar la jornada máxima a 69 horas por semana tras numerosas protestas. El país sufrió la represión de una cruel dictadura militar hasta 1987 y ahora vive en una cuestionada democracia en la que todos los presidentes se han visto envueltos en casos de corrupción y la actual expresidenta se encuentra en la cárcel. El sueño de la mayoría de niños es trabajar en Samsung, para ello dedican, de media, 13 horas de estudio al día y pasan 220 días en la escuela por los 164 de los infantes españoles. La presión del estudio y el miedo al fracaso hace de Corea del Sur uno de los países con mayor porcentaje de suicidios: más de 13.000 al año. La situación de ambos países hace que sus respectivas clases políticas se esfuercen en desviar la vista de sus ciudadanos hacia cualquier cosa que no sea su propia situación, y el malvado vecino de arriba/abajo suele ser un método más que eficaz.

Derribo del monumento

Corea del Norte ha mandado un simbólico mensaje a la nación enemiga al derribar un monumento que simbolizaba la esperanza de reconciliación con esta. Kim Jong-un había afirmado pocos días antes que la reunificación pacífica entre ambos países ya no era posible. Como el Gobierno controla la entrada y salida de todas las comunicaciones al país, la información solo ha podido ser confirmada después de que desaparecieran las imágenes satelitales del monumento, conocido como Arco de la Reunificación. Este había sido construido tras la cumbre intercoreana del año 2000, entre el abuelo del actual mandatario norcoreano y fundador de Corea del Norte, Kim Jong-il y el presidente surcoreano Kim Dae-jung.

Tensión creciente

El suceso, que recoge Reuters citando a NKNews, se produce en un marco de tensión creciente entre ambos países. Kim Jong-un había expresado su voluntad de cambiar la Constitución para declarar a Corea del Sur el “principal enemigo” de su país y durante los últimos meses ha realizado varias de sus características “pruebas de misiles”, llegando a lanzar incluso su primer satélite espía el pasado noviembre. Tras la realización por parte del ejército americano y surcoreano de diferentes maniobras militares cerca de la frontera marítima entre ambas potencias, los norcoreanos respondieron con el lanzamiento de varios misiles de crucero al mar. Kim acusó a Estados Unidos de estar preparando una invasión e incluso habló de prepararse para una “guerra nuclear”. La inminencia de las elecciones estadounidenses y el choque cada vez más obvio entre Oriente y Occidente en el tablero internacional ha provocado que el líder juche adquiera una actitud cada vez más beligerante.

Monumento “monstruoso”

El monumento derribado, descrito como una “monstruosidad” por Kim en un reciente discurso, tomaba la forma de dos mujeres, una del Norte y una del Sur, sosteniendo un emblema del contorno de la península coreana. Medía 30 metros de alto y se ubicaba en la Autopista de la Reunificación, que conecta Pyongyang con la frontera del Sur. El portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, declaró que “hay pocas perspectivas de volver a la era de acercamiento transfronterizo simbolizada por el monumento”. El presidente surcoreana de ideología conservadora, Yoon Suk Yeol, también ha tomado una postura más dura contra Pyongyang y ha prometido respuestas inmediatas a las provocaciones. El mundo mira exhausto la posibilidad de un nuevo conflicto.