Bruno Lété explica por qué la imagen de Putin “ha quedado dañada” tras el alzamiento del Grupo Wagner
El investigador del “think tank” German Marshall Fund considera que su régimen ha sido desestabilizado y todo el mundo en Rusia está observando cada detalle. Pese a ello, asegura que Putin y Prigozhin están protegiendo sus intereses.
El investigador del “think tank” German Marshall Fund, Bruno Lété, da su opinión en La Razón sobre la tensión reciente en la geopolítica internacional. Más concretamente, acerca del alzamiento encabezado por el Grupo Wagner contra el Gobierno de Vladímir Putin. Gracias a la mediación del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, se logró un acuerdo con Yevgeni Prigozhin que puso fin a la sublevación.
Cabe recordar que tras declararse en rebeldía, el Grupo Wagner cruzó la frontera rusa, ocupó la ciudad de Rostov del Don y envió a cuatro columnas en una “marcha de la justicia” hacia Moscú con el objetivo de sustituir a la cúpula militar rusa, a la que culpa de los fracasos de las tropas rusas en Ucrania.
Uso de la fuerza para proteger sus intereses
“No creo que Prigozhin tuviera como objetivo un verdadero golpe de Estado. Su acción está supuestamente relacionada con la preocupación de que el Grupo Wagner iba a ser disuelto a partir del 1 de julio por el Ministerio de Defensa ruso. Prigozhin habría perdido mucha influencia y dinero”, exhibe este experto de manera contundente.
Por tanto, Lété considera que simplemente estamos viendo a dos oligarcas, Putin y Prigozhin, haciendo uso de la fuerza para proteger sus propios intereses, algo usual en Rusia pero con un cierto matiz: la escala de este tipo de conflictos entre rivales oligarcas no se ha visto desde hace tiempo.
Prigozhin, una gran incógnita
Sobre la posibilidad de que exista un pacto secreto entre el presidente ruso y el jefe de Wagner, este analista argumenta que los pactos o acuerdos “no tienen valor fijo” en Rusia. “Pueden utilizarse para engañar, o quedan obsoletos una vez que cambian el equilibrio de poder y los intereses propios”, puntualiza Lété.
Ahora bien, añade que si Prigozhin pretende demostrar que continúa siendo valioso para el Kremlin, quizá se le permita continuar con sus negocios como de costumbre. No obstante, a Putin se le conoce porque nunca perdona la deslealtad. De ahí que la cuestión sobre si se han retirado o no los cargos penales contra Prigozhin esté repleta de una gran polémica.
Posibilidad de un nuevo escenario en el conflicto
Independientemente de estas circunstancias, lo que está claro es que la imagen de Putin ha quedado dañada porque su régimen ha sido desestabilizado y todo el mundo en Rusia está observando cada detalle. Para demostrar su poder, Lété cree que en las próximas semanas podemos esperar que el mandatario ruso “ordene purgas” en todos los estratos del aparato de seguridad del país.
Sí, esto incluye el FSB (Servicio Federal de Seguridad) y el Ministerio de Defensa. Con todo ello, explica en el citado medio que el pasado fin de semana quedó más que demostrado que las estructuras militares rusas están del lado de Putin, pero que en este momento “no se puede garantizar” un futuro cambio de actitud en el interior de la cúpula militar rusa.
En su opinión, la cuestión clave es si el caos interno en Rusia provocará alteraciones en la vertical de mando del Ejército ruso sobre el terreno en Ucrania. “Si se nombran nuevos líderes militares, el Ejército ruso podría tener problemas de comunicación e implementación. Obviamente, las acciones de Prigozhin también deben suponer un duro golpe para la moral de las tropas rusas en Ucrania”, concluye Lété.