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Plaga de langostas en Extremadura

Algunas localidades de la región extremeña de La Serena se han visto afectadas por una plaga de langosta marroquí, que arrasa con grandes cultivos.

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Foto (Pixabay)

La plaga de langosta marroquí ha generado gran preocupación en la población extremeña, concretamente entre agricultores y ganaderos. Localidades de la región de La Serena (Badajoz) como Cabeza del Buey, Zarza Capilla y Peñalsordo, han sido las más afectadas.

Junto con la comarca de Los Llanos en la provincia de Cáceres, la región de la Serena es el punto de la geografía extremeña donde más abunda la especie ‘Dociostaurus maroccanus’, también conocida como langosta mediterránea, y que es capaz de desplazarse miles de kilómetros. La principal consecuencia de la expansión de esta langosta es, de hecho, su alimentación basada en todo tipo de plantas, por lo que puede arrasar grandes cultivos.

Según el documento publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, se alimentan normalmente de especies herbáceas espontáneas, entre las que destaca la gramínea Poa bulbosa, existente en la mayoría de las comarcas langosteras de la mitad occidental de la Península. Tanto las larvas, como adultos de esta langosta, sirven de alimento para diferentes especies de aves, como las de corral, pudiendo sufrir infecciones por diversos microorganismos.

“Una sola langosta mediterránea llega a consumir, a lo largo de su vida, entre 33 y 66 gramos de pasto”, recoge el documento mencionado. Su rápida propagación, provocada por la sequía y también por las elevadas temperaturas, ha traído consigo una amplia extensión de áreas de cultivo que ya han sido devoradas, hasta las 20.000 hectáreas en este 2022.

El presidente de la cooperativa Alanser y representante del sector ovino en Extremadura, Juan Carlos Balsameda, ha asegurado que entre las superficies arrasadas se encuentran algunas como pastos, cosechas, huertos y árboles frutales. “Estamos soportando una plaga bíblica en una zona muy grande”, aseguró.

Productos fitosanitarios como principal herramienta

Según recoge la Junta de Extremadura en su web, las labores de control de la langosta mediterránea se diferencia en dos etapas. La primera, de prospección, en la que equipos de campo localizan focos que califican en función de la densidad de plaga, mientras que en la segunda se apuesta por el uso de productos fitosanitarios para evitar su propagación.

También llamados agroquímicos, son sustancias que protegen la sanidad de las plantas, y con ello nuestros alimentos, pudiendo ser de origen biológico o químico. Entre estos productos se encuentran algunos como acaricidas, fungicidas, insecticidas y herbicidas.