Ciudades que fueron arrasadas en la II Guerra Mundial: Berlín, Londres, Stalingrado...
La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto militar global que se desarrolló entre 1939 y 1945. En ella se vieron implicadas dos alianzas militares enfrentadas: Los Aliados, por un lado, y las potencias del Eje, por otro.
Coventry, 1940FOTO: Mirrorpix / Mirrorpix via Getty ImagesDurante el llamado Blitz, la Luftwaffe alemana lanzó un devastador ataque aéreo sobre Coventry. En una sola noche, 449 bombarderos descargaron más de 500 toneladas de explosivos y bombas incendiarias, provocando una tormenta de fuego que arrasó el centro histórico.
Coventry era un importante centro industrial, con fábricas de vehículos, motores y municiones, lo que la convirtió en un objetivo estratégico. El bombardeo destruyó gran parte de la ciudad, incluida su catedral medieval, y causó la muerte de 554 civiles, dejando a otros 860 heridos.
El ataque fue tan brutal que dio origen al verbo “coventrizar”, usado para describir la destrucción total de una ciudad por bombardeo. Coventry se convirtió en símbolo del sufrimiento civil en tiempos de guerra.
Londres, 1940FOTO: Hulton Archive / Getty ImagesDurante la Segunda Guerra Mundial, Londres fue uno de los principales objetivos de la aviación nazi. Entre 1940 y 1941, la ciudad sufrió intensos bombardeos que destruyeron más de un millón de viviendas y causaron miles de muertes. Barrios enteros quedaron arrasados, y la población se refugió en estaciones de metro y sótanos para sobrevivir.
Aunque los ataques disminuyeron después de 1941, Londres siguió en alerta constante. En 1943, la ciudad era un centro clave de planificación militar aliada y símbolo de resistencia. A pesar de las cicatrices visibles, mantuvo su actividad política y social, y su población mostró una notable capacidad de adaptación frente a la guerra.
Rotterdam, 1941FOTO: ullstein bild Dtl. / ullstein bild via Getty ImagesDurante la Segunda Guerra Mundial, Rotterdam fue víctima de un devastador bombardeo por parte de la Luftwaffe el 14 de mayo de 1940, apenas cuatro días después del inicio de la invasión alemana a los Países Bajos. El ataque tenía como objetivo forzar la rendición de la ciudad y acelerar la ocupación del país. Aunque se estaban llevando a cabo negociaciones para evitar el bombardeo, la orden de cancelación no llegó a tiempo y más de 90 aviones alemanes lanzaron su carga explosiva sobre el centro urbano.
El resultado fue catastrófico: alrededor de 900 personas murieron, más de 80.000 quedaron sin hogar y el corazón histórico de la ciudad fue prácticamente borrado del mapa. La destrucción fue tan extensa que el gobierno neerlandés decidió rendirse al día siguiente para evitar que otras ciudades sufrieran el mismo destino.
Rotterdam se convirtió en símbolo de la brutalidad de la guerra moderna y de la vulnerabilidad de las poblaciones civiles. En las décadas posteriores, la ciudad fue reconstruida con una arquitectura moderna que contrasta con su pasado, y hoy en día conserva memoriales que recuerdan aquel ataque como un punto de inflexión en la historia de los Países Bajos.
Leningrado, 1943 (actual San Petersburgo)FOTO: Bettmann / Bettmann ArchiveDurante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad fue víctima de uno de los asedios más largos y mortales de la historia moderna. Entre el 8 de septiembre de 1941 y el 27 de enero de 1944, la ciudad estuvo completamente rodeada por las fuerzas alemanas y finlandesas, que buscaban rendirla por hambre y aislamiento. El sitio duró 872 días y provocó la muerte de más de un millón de personas, la mayoría civiles.
La estrategia nazi no consistía en conquistar la ciudad, sino en exterminarla. Hitler ordenó que Leningrado fuera borrada del mapa, sin preocuparse por la suerte de sus habitantes. Las vías de suministro fueron cortadas, y durante los inviernos extremos, con temperaturas de hasta -40 °C, la población sufrió hambre, enfermedades y bombardeos constantes. Se documentaron casos de canibalismo y miles de muertes diarias por inanición.
A pesar de las condiciones inhumanas, la ciudad resistió. En enero de 1943, el Ejército Rojo logró abrir un estrecho corredor terrestre que permitió el ingreso limitado de provisiones, pero el cerco no se rompió completamente hasta un año después. Cuando finalmente fue liberada, Leningrado estaba en ruinas, pero su resistencia se convirtió en símbolo de heroísmo soviético y de la capacidad humana para sobrevivir al horror absoluto.
Stalingrado, 1943 (Actual Volgogrado)FOTO: Laski Diffusion / Getty ImagesLa batalla de Stalingrado, entre julio de 1942 y febrero de 1943, fue uno de los enfrentamientos más decisivos de la Segunda Guerra Mundial. Hitler buscaba controlar el acceso al Cáucaso y golpear simbólicamente a Stalin. La ciudad fue bombardeada hasta quedar en ruinas, lo que dificultó aún más la conquista alemana. La lucha se volvió urbana, con combates cuerpo a cuerpo en condiciones extremas de frío y escasez.
La resistencia soviética logró contener el avance alemán y lanzó una contraofensiva que rodeó al 6.º Ejército nazi. Más de 90.000 soldados se rindieron, incluido el mariscal Paulus. La ciudad quedó devastada, pero la victoria soviética marcó un punto de inflexión en la guerra y convirtió a Stalingrado en símbolo de resistencia y sacrificio.
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Kiev, 1943FOTO: Sovfoto / Universal Images Group via GettyLa batalla de Kiev, librada entre julio y septiembre de 1941, fue una de las mayores derrotas del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial. En el marco de la 'Operación Barbarroja', las fuerzas alemanas ejecutaron una maniobra envolvente que logró cercar a más de medio millón de soldados soviéticos en torno a la ciudad. Se estima que unos 665.000 fueron capturados, en lo que se considera el mayor cerco militar de la historia.
La ciudad fue bombardeada intensamente por la "Luftwaffe", lo que provocó una destrucción masiva de infraestructuras y miles de víctimas civiles. Kiev cayó el 19 de septiembre de 1941, y poco después fue incorporada al Reichskommissariat Ukraine, bajo administración nazi.
La pérdida de Kiev supuso un duro golpe para la moral soviética y retrasó los planes defensivos en el frente oriental. Sin embargo, la victoria alemana fue efímera: el avance hacia Moscú se ralentizó, y el Ejército Rojo, tras reorganizarse, comenzó a recuperar terreno en los años siguientes. Kiev fue finalmente liberada por las tropas soviéticas en noviembre de 1943.
Montecassino, 1944FOTO: Archive Photos / Getty ImagesDurante la Segunda Guerra Mundial, Montecassino fue escenario de una de las batallas más cruentas y prolongadas del conflicto. Entre enero y mayo de 1944, los Aliados intentaron romper la Línea Gustav, una defensa alemana que bloqueaba el avance hacia Roma. El monasterio benedictino de Montecassino, fundado en el siglo VI, se encontraba en una posición estratégica sobre el valle del río Liri, lo que lo convirtió en un punto clave del frente.
El 15 de febrero de 1944, aviones estadounidenses bombardearon el monasterio, destruyéndolo por completo. Aunque no había tropas alemanas dentro del recinto en ese momento, poco después los paracaidistas alemanes se atrincheraron entre las ruinas, convirtiéndolas en una fortaleza. La batalla se desarrolló en cuatro ofensivas sucesivas, con participación de tropas de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Polonia, India y otros países aliados. El terreno montañoso y la resistencia alemana provocaron enormes pérdidas: más de 55.000 soldados aliados y 20.000 alemanes murieron en los combates.
La victoria aliada fue finalmente alcanzada en mayo de 1944, pero a un alto costo. La destrucción del monasterio generó una fuerte polémica, y su reconstrucción se convirtió en símbolo de reconciliación y memoria. Montecassino sigue siendo hoy un lugar emblemático de la historia europea.
Caen, 1944FOTO: Keystone / Getty ImagesTras el desembarco en Normandía, Caen se convirtió en un objetivo clave para los aliados. Aunque se esperaba tomarla en un día, la resistencia alemana prolongó la batalla durante seis semanas. Las fuerzas británicas lanzaron ofensivas como Epsom y Goodwood, mientras la ciudad sufría intensos bombardeos. Más del 70% de Caen fue destruido y cientos de civiles murieron. Finalmente, el 20 de julio, los aliados lograron tomar la ciudad, encontrando solo escombros y silencio.
Oradour-sur-Glane, 1944FOTO: Andia / Universal Images Group via GettyDurante la Segunda Guerra Mundial, Oradour-sur-Glane fue escenario de una de las masacres más atroces cometidas por las tropas nazis en suelo francés. El 10 de junio de 1944, apenas cuatro días después del desembarco de Normandía, una unidad de las Waffen-SS rodeó el pueblo y asesinó a 643 civiles, incluidos mujeres y niños. Los hombres fueron fusilados en graneros, mientras que las mujeres y los niños fueron encerrados en la iglesia, que luego fue incendiada y dinamitada.
El ataque no tuvo justificación militar: Oradour-sur-Glane no era un centro de resistencia ni tenía importancia estratégica. La masacre fue parte de una campaña de terror para intimidar a la población civil y frenar el avance de los partisanos franceses. Tras el crimen, el pueblo fue saqueado y reducido a ruinas.
Después de la guerra, el general Charles de Gaulle ordenó que Oradour-sur-Glane no fuera reconstruido, sino conservado como “pueblo mártir”. Hoy permanece intacto, con sus calles, casas y vehículos calcinados como testimonio silencioso del horror. Es un lugar de memoria nacional y símbolo del sufrimiento civil durante el conflicto.
Le Havre, 1944FOTO: Serge DE SAZO / Gamma-Rapho via Getty ImagesLe Havre, ciudad portuaria en la costa norte de Francia, fue uno de los lugares más castigados por los bombardeos aliados durante la Segunda Guerra Mundial. En septiembre de 1944, como parte de la ofensiva para liberar Normandía tras el desembarco del Día D, la Royal Air Force británica lanzó una serie de ataques masivos sobre la ciudad, especialmente durante la llamada 'Operación Astoria'. Le Havre había sido fortificada por los alemanes y declarada “Festung” (fortaleza), lo que la convirtió en un objetivo prioritario. El 5 y 6 de septiembre, más de 300 bombarderos británicos descargaron miles de toneladas de explosivos sobre el centro urbano, provocando una destrucción casi total. Las bombas incendiarias convirtieron el casco antiguo en una hoguera, y murieron al menos 5.000 civiles, mientras que las defensas alemanas apenas sufrieron bajas. El bombardeo fue tan impreciso que muchos objetivos militares no fueron alcanzados, y la ciudad quedó arrasada sin que se lograra una ventaja táctica clara. El 12 de septiembre, Le Havre fue finalmente liberada por las fuerzas aliadas, pero su paisaje urbano había desaparecido. La reconstrucción comenzó poco después, y en 1949, Charles de Gaulle reconoció el sufrimiento de la ciudad otorgándole la Legión de Honor. Hoy, Le Havre es símbolo de resiliencia, con una arquitectura moderna que refleja su renacimiento tras el horror de la guerra.
Varsovia, 1945FOTO: Keystone / Getty ImagesDurante la ocupación nazi, Varsovia sufrió una destrucción sistemática. Tras el fallido Levantamiento de Varsovia en agosto de 1944, una heroica rebelión de la resistencia polaca contra los alemanes, Hitler ordenó arrasar la ciudad como represalia. Entre octubre y diciembre de ese año, unidades especiales alemanas demolieron deliberadamente edificios, incendiaron barrios enteros y saquearon el patrimonio cultural.
Al finalizar la guerra, más del 85% de la ciudad estaba destruida, incluyendo el 90% de su infraestructura industrial, el 94% de sus monumentos históricos y el 70% de sus centros educativos. Varsovia fue una de las ciudades más devastadas de Europa, víctima tanto de los bombardeos como de una demolición planificada.
Stuttgart, 1945FOTO: picture alliance / picture alliance via Getty ImageStuttgart: 53 bombardeos que marcaron una ciudad
Entre 1940 y 1945, Stuttgart fue blanco de 53 ataques aéreos aliados, como parte de la ofensiva estratégica contra la Alemania nazi. Su importancia industrial, con fábricas como Daimler, Porsche y Bosch, y su papel como nudo ferroviario la convirtieron en un objetivo prioritario.
La ciudad sufrió 18 bombardeos a gran escala por parte de la RAF, que lanzó más de 21.000 toneladas de bombas. Sin embargo, su geografía montañosa y los refugios excavados en las colinas ayudaron a salvar muchas vidas, haciendo que la destrucción fuera menos severa que en otras ciudades alemanas.
A pesar de ello, el centro histórico quedó gravemente dañado, y Stuttgart fue apodada la “Coventry alemana” por su papel simbólico en la guerra aérea.
Budapest, 1945FOTO: ullstein bild Dtl. / ullstein bild via Getty ImagesDurante la Segunda Guerra Mundial, Budapest fue escenario de una de las batallas urbanas más largas y sangrientas del conflicto. Entre finales de octubre de 1944 y el 13 de febrero de 1945, la ciudad fue sitiada por el Ejército Rojo, que buscaba expulsar a las fuerzas alemanas y húngaras que la defendían. La ofensiva soviética rodeó completamente Budapest en Navidad, convirtiéndola en una trampa mortal para soldados y civiles.
La lucha se desarrolló calle por calle, con combates intensos en túneles, edificios y ruinas. Los intentos alemanes de romper el cerco fracasaron, y la resistencia se prolongó hasta el último cartucho. Se estima que murieron más de 80.000 soldados y 38.000 civiles, muchos de ellos por bombardeos, ejecuciones o deportaciones forzadas.
La ciudad quedó devastada: puentes como el de las Cadenas fueron destruidos, barrios enteros arrasados, y miles de personas quedaron sin hogar. Budapest fue finalmente tomada por los soviéticos el 13 de febrero de 1945, en una victoria que allanó el camino hacia Viena y Berlín. La batalla dejó una huella profunda en la historia de Hungría, comparable en intensidad y destrucción a las de Stalingrado y Berlín.
Dresde, 1945FOTO: Fred Ramage / Getty ImagesEntre el 13 y el 15 de febrero de 1945, más de mil bombarderos británicos y estadounidenses lanzaron cerca de 4.000 toneladas de explosivos y bombas incendiarias sobre Dresde. La ciudad, conocida como la “Florencia del Elba” por su riqueza cultural y arquitectura barroca, fue arrasada en cuestión de horas. El ataque provocó una tormenta de fuego que consumió el centro histórico y causó la muerte de entre 22.000 y 45.000 civiles.
Aunque se justificó como un objetivo estratégico por sus fábricas y vías ferroviarias, el bombardeo sigue siendo uno de los episodios más controvertidos de la guerra por su impacto desproporcionado en la población civil y el patrimonio cultural.
Múnich, 1945FOTO: Archive Photos / Getty ImagesDurante la Segunda Guerra Mundial, Múnich fue uno de los principales objetivos de los bombardeos aliados debido a su importancia industrial y simbólica como cuna del nazismo. Aunque al inicio del conflicto la ciudad recibió pocos ataques, a partir de 1944 se intensificaron los bombardeos por parte de la RAF británica y la USAAF estadounidense. El más devastador ocurrió entre el 24 y 25 de abril de 1944, cuando más de 250 aviones británicos atacaron el centro urbano, destruyendo alrededor del 80 % de los edificios en el área objetivo.
En total, Múnich sufrió 74 ataques aéreos que provocaron la muerte de más de 6.600 civiles y dejaron cerca de 16.000 heridos. El casco antiguo (Altstadt) fue prácticamente arrasado, y la ciudad perdió gran parte de su patrimonio arquitectónico. Además de su valor estratégico, Múnich fue bombardeada con fines propagandísticos, al ser considerada la “capital del movimiento” nazi.
Colonia, 1945FOTO: Bettmann / Bettmann ArchiveDurante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad alemana de Colonia fue uno de los principales objetivos de los bombardeos aliados. Entre 1940 y 1945, la Royal Air Force llevó a cabo más de 260 incursiones aéreas sobre la ciudad, lanzando más de 34.000 toneladas de bombas. El ataque más devastador ocurrió la noche del 30 al 31 de mayo de 1942, conocido como la “Operación Millennium”, en el que participaron más de mil bombarderos británicos. En pocas horas, gran parte del centro histórico fue reducido a escombros.
El bombardeo provocó la muerte de más de 20.000 civiles y dejó a decenas de miles sin hogar. Aunque la catedral de Colonia logró sobrevivir, gracias en parte a su estructura gótica que desvió las ondas expansivas, el resto de la ciudad quedó prácticamente destruido.
Núremberg, 1945FOTO: Galerie Bilderwelt / Getty ImagesDurante la Segunda Guerra Mundial, Núremberg fue uno de los objetivos estratégicos de los bombardeos aliados debido a su importancia industrial y simbólica como sede de los congresos del Partido Nazi. Entre 1940 y 1945, la ciudad sufrió una serie de ataques aéreos por parte de la RAF y la USAAF, que causaron graves daños en su infraestructura y patrimonio histórico.
El bombardeo más devastador ocurrió el 2 de enero de 1945, cuando 521 bombarderos británicos lanzaron más de 6.000 bombas de alto poder explosivo y un millón de artefactos incendiarios en apenas media hora. Más de 1.800 personas murieron y unas 100.000 quedaron sin hogar. El casco antiguo medieval de Núremberg fue prácticamente destruido, y la mitad oriental de la ciudad quedó tan arrasada que se la conoció como “la estepa”.
Tras la ocupación por el 7.º Ejército estadounidense en abril de 1945, Núremberg pasó a ser símbolo del colapso del régimen nazi. En 1946, la ciudad fue elegida como sede de los Juicios de Núremberg, donde los principales líderes del Tercer Reich fueron juzgados por crímenes de guerra y contra la humanidad. Así, Núremberg quedó marcada tanto por la destrucción como por la justicia histórica.
Berlín, 1945FOTO: Hulton Archive / Getty ImagesDurante la Segunda Guerra Mundial, Berlín fue el escenario de la última gran batalla en Europa. Entre el 16 de abril y el 2 de mayo de 1945, el Ejército Rojo lanzó una ofensiva masiva sobre la capital del Tercer Reich, que estaba ya debilitada por años de bombardeos aliados y derrotas militares. La ciudad fue defendida por tropas alemanas agotadas, junto con miembros de las Juventudes Hitlerianas y del Volkssturm, en una resistencia desesperada ordenada por Hitler desde su búnker.
Los combates fueron intensos y se libraron calle por calle, con una enorme cantidad de bajas en ambos bandos. Más de 80.000 soldados soviéticos murieron, y se estima que unos 22.000 civiles berlineses perdieron la vida. El 2 de mayo, Berlín se rindió oficialmente. La ciudad quedó en ruinas: el centro histórico fue arrasado, la infraestructura colapsó, y miles de edificios fueron destruidos o gravemente dañados.
Tras la rendición, Berlín fue ocupada por las fuerzas soviéticas y aliadas, y dividida en sectores que más tarde darían lugar a la separación entre Berlín Oriental y Occidental. La destrucción de la ciudad simbolizó el colapso del régimen nazi y el fin de la guerra en Europa.
Hamburgo, 1945FOTO: Mirrorpix / Mirrorpix via Getty ImagesHamburgo fue escenario de una de las campañas de bombardeo más destructivas de la Segunda Guerra Mundial: la Operación Gomorra, llevada a cabo por la RAF británica y la USAAF estadounidense entre el 24 de julio y el 3 de agosto de 1943. La ciudad, uno de los principales centros industriales del Tercer Reich, fue atacada con una combinación de bombas explosivas e incendiarias que provocaron una tormenta de fuego sin precedentes. Las condiciones meteorológicas, junto con la alta concentración de materiales combustibles, generaron un tornado de fuego que alcanzó temperaturas cercanas a los 800 °C y vientos de hasta 240 km/h. El fenómeno arrasó más de 21 km² de la ciudad, derritiendo asfalto, haciendo estallar piedras y consumiendo el oxígeno, lo que provocó la muerte por asfixia de miles de personas refugiadas en sótanos y búnkeres. En total, murieron unas 42.000 personas y más de 300.000 edificios fueron destruidos. El ataque fue diseñado para quebrar la moral de la población civil y paralizar la producción bélica alemana. Hamburgo quedó devastada, pero tras la guerra inició una reconstrucción que la convirtió en una ciudad moderna y próspera, aunque marcada para siempre por el recuerdo de aquella lluvia de fuego.
Tokio, 1945FOTO: Bettmann / Bettmann ArchiveTokio fue uno de los escenarios más devastados por los bombardeos estadounidenses en la Segunda Guerra Mundial. En la noche del 9 al 10 de marzo de 1945, más de 300 bombarderos B-29 lanzaron miles de toneladas de bombas incendiarias que convirtieron la ciudad en un infierno. Las construcciones tradicionales, hechas de madera y papel, ardieron rápidamente, provocando la muerte de unas 100.000 personas y dejando a más de un millón sin hogar. El ataque destruyó más de 40 kilómetros cuadrados y superó en víctimas incluso a los bombardeos atómicos posteriores. A pesar de la destrucción, Tokio logró reconstruirse con rapidez tras la rendición japonesa, convirtiéndose en una metrópolis moderna y vibrante, símbolo de resiliencia y renacimiento.
Hiroshima, 1945FOTO: Bettmann / Bettmann ArchiveHiroshima fue el escenario del primer ataque nuclear de la historia. El 6 de agosto de 1945, a las 8:15 de la mañana, el bombardero estadounidense Enola Gay lanzó la bomba atómica “Little Boy” sobre la ciudad, como parte de la estrategia para forzar la rendición de Japón. La explosión, equivalente a 16 kilotones de TNT, destruyó casi todo en un radio de dos kilómetros y provocó una ola de fuego que arrasó edificios, vehículos y personas en segundos. Se estima que murieron entre 70.000 y 80.000 personas en el acto, y otras decenas de miles fallecieron en los meses siguientes por quemaduras, heridas y enfermedades provocadas por la radiación.
Hiroshima, 1945FOTO: Bettmann / Bettmann Archive
Hiroshima, que era un importante centro militar y logístico, quedó reducida a escombros. La mayoría de las víctimas fueron civiles, y los efectos del bombardeo se prolongaron durante décadas, con miles de casos de cáncer, leucemia y otras enfermedades relacionadas con la exposición nuclear. Tres días después, Estados Unidos lanzó una segunda bomba sobre Nagasaki, y el 15 de agosto el emperador Hirohito anunció la rendición de Japón.
La ciudad fue reconstruida en los años posteriores, y hoy Hiroshima es símbolo mundial de paz y desarme nuclear. El Parque Memorial de la Paz y la Cúpula Genbaku, que sobrevivió parcialmente a la explosión, recuerdan el horror vivido y la necesidad de evitar que algo así vuelva a ocurrir.
Nagasaki, 1945FOTO: Handout / Getty ImagesNagasaki fue la segunda ciudad japonesa atacada con una bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial. El 9 de agosto de 1945, tres días después del bombardeo de Hiroshima, el bombardero estadounidense Bockscar lanzó la bomba “Fat Man” sobre la ciudad. Aunque el objetivo inicial era Kokura, las condiciones meteorológicas obligaron a desviar el ataque hacia Nagasaki. La explosión, equivalente a 21 kilotones de TNT, destruyó gran parte del valle industrial de la ciudad y provocó la muerte de entre 39.000 y 80.000 personas, la mayoría civiles.
La bomba impactó en una zona rodeada de colinas, lo que limitó parcialmente la destrucción en comparación con Hiroshima, pero los efectos fueron igualmente catastróficos. Miles murieron instantáneamente, y muchos más fallecieron en los días y años siguientes por quemaduras, heridas y enfermedades provocadas por la radiación. Nagasaki, que tenía una importante comunidad cristiana y una larga historia de contacto con Occidente, quedó marcada por el horror nuclear.
Nagasaki, 1945FOTO: Historical / Corbis via Getty ImagesEl ataque, junto con la invasión soviética de Manchuria ese mismo día, aceleró la decisión del emperador Hirohito de rendirse. El 15 de agosto, Japón anunció su capitulación, y el 2 de septiembre se firmó oficialmente la rendición a bordo del acorazado USS Missouri. Nagasaki fue reconstruida en las décadas siguientes y se convirtió en símbolo de paz y desarme nuclear, con memoriales como el Parque de la Paz y el Museo de la Bomba Atómica que recuerdan el impacto de aquel día.
La bomba impactó en una zona rodeada de colinas, lo que limitó parcialmente la destrucción en comparación con Hiroshima, pero los efectos fueron igualmente catastróficos. Miles murieron instantáneamente, y muchos más fallecieron en los días y años siguientes por quemaduras, heridas y enfermedades provocadas por la radiación. Nagasaki, que tenía una importante comunidad cristiana y una larga historia de contacto con Occidente, quedó marcada por el horror nuclear.
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