Una encargada de un bar en Mallorca lamenta que cada vez los clientes consumen menos: “Todos van con bocadillos”
El turista cada vez está pagando menos y algunas localidades lo notan.

España destaca a nivel turístico por la gran cantidad de destinos que es capaz de ofrecer, pero uno de los que más llama la atención tanto a nivel nacional como internacional es Mallorca, pero la subida de precios hace que muchos se lo piensen cada vez más. Un reportaje del medio elDiario ha mostrado la realidad que viven algunas localidades de la isla, centralizándose en en el municipio de Sóller, de poco más de 13.000 habitantes, y en el que algunos negocios notan como el turista está cada vez menos dispuesto a pagar ciertos precios.
Lo que antes eran terrazas llenas de clientes se ha convertido en una imagen del pasado, y es que cada vez el turista parece estar menos dispuesto a pagar ciertos precios por productos como un café, un zumo de naranja o un menú del día. Durante el reportaje, un restaurador señala que este declive puede ser causa del alquiler turístico, y es que según señalan, atrae a clientela con menor poder adquisitivo que prefiere “comprar la comida en el súper”.

Un turismo menos dispuesto a pagar cualquier precio
El encarecimiento de los vuelos, el coste de hospedarse en un hotel... Todo ha subido y la mayoría de bolsillos lo acaban notando, teniendo que ajustar por algún lado, y es ahí donde la hostelería se resiente. En Sóller, destacan, sigue llegando la misma cantidad de turistas, pero lo que ha bajado es “el consumo en los bares”, señala Álex, del bar Es Firó, destacando que “la gente está gastando menos y eso se nota. Ahora te piden un zumo de naranja y se lo toman entre cinco personas”. ¿La realidad? Precios no aptos para todos los bolsillos, y es que el zumo de naranja en cuestión tiene un precio de 6,5 euros.
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En otros negocios también señalan que “todos van con bocadillos”, destacando a los turistas que pasean por la localidad. A su vez, señala que la clientela habitual " ha cambiado", siendo esta “más joven”, y que en algunos casos no se ha adaptado la carta al nuevo tipo de turismo. Al final, cada turista tiene un presupuesto y algunos no están dispuestos a pagar ciertos precios a lo largo de su viaje.
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