Un jubilado gasta más para dejar de ahorrar y le resulta imposible: “Mis inversiones son bastante superiores a esa cantidad”

Dicen que en los tiempos que corren, el ahorro es una fantasía, una nube que se desvanece tan pronto la miramos. Guardar algo de dinero al mes se convierte, cada vez más, en un gesto utópico, como intentar agarrar un rastro de humo con nuestros dedos: antes siquiera de acercarnos, lo que parecía a nuestro alcance ya se ha esfumado, y al abrir la mano, esta se encuentra vacía.

¿Cuál es el secreto para alcanzar el Olimpo financiero? Parece no haberlo, y si lo hubiese, quizás nadie lo compartiría. Excepto los gurús de internet, seres extremadamente generosos que casi nunca hablan de ellos mismo y parecen tener la fórmula para todos los males del mundo, una solución mágica que podemos adquirir en sus cursos online por el módico precio de cuatro riñones y medio.

También los hay que toman como referencia a personas ejemplares de otros países, cuyos sistemas no tienen nada que ver con el nuestro. Uno de ellos es Mr Money Mustache, un hombre que comparte en su blog sus experiencias financieras y consejos de cómo hacerte rico a base de esfuerzo.

Este hombre comparte una experiencia vital, al alcance de todos: gastar más de 25.000 euros al año y aun así tener beneficios. Es decir, gastar más de lo que has ganado en todo el año y no tener pérdidas, un plan sin fisuras.

El hombre se tomó dos años sabáticos, viajando, comiendo en buenos restaurantes, reconstruyendo su casa, y pagando sus facturas. Tras hacer un balance, se dio cuenta de que solo había gastado 30.000 dólares (unos 26.000 euros). “Este nivel aún podría mantenerse con un fondo de inversión de un millón de dólares. Dado que mis inversiones son bastante superiores a esa cantidad (sobre todo después de estos últimos años de crecimiento económico vertiginoso y la interminable subida del mercado bursátil), sigo estando muy por debajo del presupuesto”, explica en su blog el hombre.

Su presupuesto, dice, omite el mayor gasto para la mayoría de personas, “la vivienda”. “Esto se debe a que terminé de pagar mi casa hace mucho tiempo y, además, me encanta trabajar en ella y cuidarla, lo que significa que no tengo gastos de jardinería, fontanería, poda de árboles ni reparaciones”, señala.

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