La lista de países con más reservas de oro
Estados Unidos encabeza la lista seguido muy de cerca por China y por los grandes países en vías de desarrollo como la India o Rusia
Hace décadas que la inmensa mayoría de los países abandonaron el famoso patrón oro. Es un término que, hoy en día, resuena en la lejanía como un resquicio del pasado. Algo más propio de una economía industrial y analógica que, al menos en el mundo desarrollado, ya ha sido ampliamente superada, dando paso a una nueva era digital de financiarización, mercados de valores e índices fluctuantes sobre una pantalla.
El patrón oro era, en términos simplificados, lo que le daba al dinero su valor. Cada billete respaldado por el gobierno de un país era, en realidad, un título canjeable por una cantidad establecida del valioso mineral. Por eso, todas las naciones debían tener en reserva incontables toneladas de oro que respaldaran su moneda para que esta mantuviera se mantuviera fuerte, permitiendo a los ciudadanos pagar por bienes y servicios.
Si un Estado se deshacía de golpe de una fracción importante de sus reservas, se podía desatar una grave crisis económica, con la consiguiente pérdida de valor de la moneda nacional y el auge de la fiebre inflacionaria. Por ejemplo, durante la Guerra Civil estadounidense, el gobierno de la Confederación decidió sufragar su campaña separatista imprimiendo grandes cantidades de billetes. Sin embargo, al no tener remesas de oro suficientes para respaldar las ingentes cantidades de liquidez en circulación, esta perdió rápidamente su valor. Hacia el final del conflicto, un billete de la Confederación no era más que un trozo de papel. Lo mismo pasó en los albores de la revolución bolchevique.
Acumular para el invierno
No obstante, un número creciente de ejecutivos están optando por dar un viraje a sus políticas monetarias. Desde la pandemia, se ha observado un renovado interés de las administraciones en aumentar sus reservas de oro. Esto no quiere decir que haya vuelto el arcaico patrón. Más bien, es un seguro de vida. El peligro de una recesión agravada por el débil equilibrio político internacional es, cuanto menos, digno de consideración. Nada asegura que la bolsa no vaya a implosionar como, de hecho, ya ha hecho en varios momentos históricos.
Por si el sector financiero entrara en depresión y la economía global se agitara hasta límites preocupantes, los países quieren tener cosas tangibles a las que atenerse. Un valor seguro que garantice la robustez del sistema. Algo que no corra el peligro de volverse papel mojado de la noche a la mañana. La opción más evidente es el oro. Por eso, los erarios más precavidos, como hormigas, acumulan y acumulan ante la llegada inminente del invierno.
Los países que encabezan estos esfuerzos son -como en casi cualquier otra área- Estados Unidos y China. De momento, en ese orden, aunque el futuro podría cambiar el equilibrio fuerzas. El crecimiento del gigante asiático es astronómico y, aparentemente, imparable, pero todavía debe recorrer un largo camino. 8.133 toneladas tiene Washington a buen recaudo, botín que hace palidecer las 2.068 de Pekín. Otros actores en boga como Rusia o la India también intentan reclamar un lugar en la mesa de los grandes, pero todavía muy lejos de los principales centros de poder.