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LA DORMILONA

De Pascual, Augsburger y la cantera del pádel argentino

El pádel en Argentina sigue nutriendo de talentos al profesionalismo y algunos nombres han llamado la atención durante el Mendoza P1 de Premier Padel.

Leo Augsburger durante el Mendoza P1 de Premier Padel.
Premier PadelFoto: Mariano Castro Vaccarono

¿Quiénes son los talentos del futuro? En esa búsqueda constante en la que vive sumido el deporte y, por ende, el pádel, Argentina es una reserva inagotable para nutrir de sabia nueva a esta disciplina deportiva. Y, varios nombres, ya llaman la atención. De Pascual o Augsburger son los principales.

Y es que Argentina es puro pádel. Una afirmación tan simple como certera define a la perfección el vínculo entre un país y un deporte que, por la situación socioeconómica, vio cómo este se alejaba al Viejo Continente -a España- pudiendo solo disfrutar de la élite una -o dos- vez al año.

Quizá por ello, por la pasión, por su amor al deporte o por cualquier causa que se nos escape, Argentina sigue nutriendo de nombres al deporte de la pala. Como sucede desde hace más de 30 años. Con muchos problemas económicos, con pocos centros de tecnificación, con unas estructuras muy por desarrollar y un porvenir casi obligado en los circuitos internacionales y en España, sí, pero transpira talento.

Vaya por delante, antes de seguir, que este es un artículo de opinión. Es decir, tiene un sesgo. Quien quiera verlo como una guía o un mantra, que no se lleve a engaño. Con él tan solo pretendo constatar que, más allá de los ecos que suenan, parece haber fondo fruto del trabajo -desagradecido, a veces- de mucha gente.

Y es que con la visita a Mendoza de Premier Padel he podido ver en directo a varios de esos jugadores que mis compañeros de Argentina destacaban. Algunos de los que ya están dominando en el circuito de la AJPP, que han debutado en World Padel Tour haciendo sus primeras giras con APT.

Juani De Pascual y Leo Augsburger, la punta de lanza

Muchos han sido los jóvenes jugadores argentinos que han pasado por el Mendoza P1 -la primera prueba de Premier Padel en Argentina- pues, entre otras virtudes, este tipo de eventos sirven para poder dar cabida a los que están llegando. Las clasificaciones -qualys- reparten billetes al cuadro principal y, eso, nos permite disfrutar de los que no suelen salir en la foto.

Y, no, no todos se quedarán. De hecho, serán muy pocos. Y, menos, los que llegarán a destacar en la élite. Si es que alguno lo consigue. El camino es largo, duro, sacrificado y muy selectivo. Más ahora que el pádel comienza a vivir una etapa con un grado ya alto de profesionalización en según qué aspectos.

Juani De Pascual durante el Mendoza P1 de Premier Padel.
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Juani De Pascual durante el Mendoza P1 de Premier Padel.Marcelo Álvarez | Premier Padel

Pero, de entre todos ellos, hay dos que han llamado especialmente la atención. Ambos, todavía en proceso de formación técnico, físico y táctico. Y es casi unánime pues, para muchos de los que no seguimos de cerca la realidad del pádel de menores argentino, son las dos revelaciones del torneo. Ambos, además, copan las dos primeras plazas del ranking AJPP.

El primero de ellos se llama Juani De Pascual. Originario de Pergamino, este joven zurdo nacido en 2004 cuenta con 186 centímetros de envergadura y un pádel sutil y elegante. Es de esos jugadores que, sin ser estruendoso, seduce. Tiene algo diferente.

Talentoso -muy- y con desparpajo, tiene una gran facilidad para el remate x3 -especialmente el pasado por detrás de la cabeza-, el despliegue en la volea y todo aquello que tenga que ver con el juego ofensivo. En su debe, aún la colocación, la toma de decisiones o el fondo de pista. Un diamante por pulir, vaya.

A sus todavía 17 años ha protagonizado ya muchas conversaciones entre técnicos y jugadores -los que de verdad saben- y frecuente era escuchar frases como “ese zurdo, De Pascual, es bueno de verdad”.

El segundo, se llama Leo Augsburger. También de la camada de 2004 este revés de 190 centímetros de altura proveniente de Misiones tiene una alta facilidad para entrar por los ojos por su pádel potente a la par que caótico.

Y es que Augsburger es un revés pegador. A su todavía temprana edad prepara la jugada de forma insistente para desplegar una pegada demoledora que aúna aceleración, potencia y técnica incluso en condiciones de pista adversa. Es muy llamativa la capacidad ofensiva que tiene a una edad tan temprana y lo que es capaz de condicionar.

En su debe, un pádel tan irreverente como inmaduro para la élite en muchos aspectos. Por precipitación, rigor táctico o capacidad de lectura del juego, tiene un amplio margen de mejora. Cómo no, con tan solo 17 de años. Reúne muchos requisitos pues es el prototipo del revés del presente y el futuro, eso es seguro.

Sánchez Blasco, Chozas o Rolla, los otros nombres destacados

Pero, no son los únicos. Si bien es cierto que son los que más destacan y los que, para muchos, reúnen más condiciones de cara a un hipotético futuro en la élite, hay otros jugadores que también han demostrado tener dotes para soñar con el profesionalismo en los circuitos internacionales.

Chozas y Libaak posan antes de un partido del Mendoza P1.
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Chozas y Libaak posan antes de un partido del Mendoza P1.Marcelo Álvarez | Premier Padel

Álex Chozas -2003, 1,83 centímetros, Hurlingham- o Maxi Sánchez Blasco -2002, 1,86 centímetros, Dealreaux- son dos reveses que también parecen estar llamando a la puerta correcta. Chozas es un jugador completo, no exento de calidad y con una gran capacidad de definición -es muy potente tanto en drive como revés- al que, quitando algún vicio de cara a la galería y con una concepción más pulida del pádel en pareja, tiene un gran recorrido por delante. Sánchez Blasco, por su parte, tiene gen competitivo, es estable en todas las facetas del juego y con un concepto táctico y estratégico muy pulido.

Santiago Rolla -2001, 1,74 de altura, La Plata- y Valentino Libaak -2005, 1,81 de altura, Villa Mercedes- destacan en la derecha. Dos jugadores de drive clásico, con el claro sello de la escuela de pádel argentino, y donde la construcción y el armado del punto, las labores defensivas o el trabajo acompañan al talento y no al revés.

Maxi Sánchez Blasco celebra un punto en el torneo de Mendoza.
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Maxi Sánchez Blasco celebra un punto en el torneo de Mendoza.Mariano Castro Vaccarono |Foto: Mariano Castro Vaccarono

Todos ellos son solo una muestra de los muchos que, seguro, no están en este artículo. Y, de los que no están, seguro que el día de mañana alguno será un fuera de serie. Ojalá. Jugadores, todos, que bien trabajados y pulidos en las manos correctas tiene un gran porvenir en este deporte. Cada cual, casi por selección natural, se colocará en su lugar.

Los Di Nenno, Tapia, Stupaczuk, Tello o Chingotto del futuro -siendo estos aún jóvenes, muy jóvenes- saldrán de esta nueva camada argentina. Y qué gusto poder disfrutar de ellos.