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CIENCIA

Los síntomas de ‘Eris’, la descendiente de Ómicron catalogada como VOI por la OMS

EG.5, descendiente de Ómicron, empieza a ganar terreno países como China y Estados Unidos. En España también se ha notificado. Congestión, tos y fiebre, entre sus síntomas.

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Aunque la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 haya sido dada por concluida de forma oficial, eso no supone el fin de la enfermedad de la COVID-19. El virus, como otros virus respiratorios, sigue presente entre nosotros y no ha perdido su capacidad de infectar. Por fortuna, gracias a las vacunas y la inmunidad adquirida durante estos últimos tres años, su virulencia se ha hecho menor, aunque desde la retirada de las mascarillas del espacio público existe cierta sensación de que todo ha pasado.

Como a lo largo de todo este tiempo, el virus sigue mutando y adaptando sus características en función de sus mutaciones. Después de la incidencia de la variante XBB.1.5, conocida también como ‘Kraken’, los expertos en salud han puesto sus ojos en el rápido crecimiento de ‘Eris’, cuyo nombre técnico es EG.5 y ha sido detectada ya en más de 50 países, entre los que se incluye España.

Según los primeros estudios, no parece causar una enfermedad más grave que sus predecesoras y tampoco supone un riesgo inmediato para la población mundial. Según una estimación de los CDC de Estados Unidos, esta variante EG.5 ya supone más de un 17% de todos los casos notificados en el país, lo que la convierte en la variante dominante. Esta variante ‘Eris’ desciende en última instancia de Ómicron, surgida a comienzos de 2021 y una de las últimas que provocaron grandes olas de contagios.

Catalogada desde agosto como “variante de interés” (VOI)

“No hay evidencia que indique que EG.5 puede propagarse más fácilmente, y se espera que los tratamientos y vacunas actualmente disponibles continúen siendo efectivos contra esta variante”, afirmaba un portavoz de los CDC al medio Politico. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se comenzó a seguir esta variante a mediados de julio, y desde el pasado 9 de agosto está considerada como “variante de interés” (VOI) ante el crecimiento en el número de casos.

Según ha informado el organismo de Naciones Unidas, hasta el pasado día 7 de agosto se habían compartido más de 7.000 secuencias en un total de 51 países. “Según sus características, EG.5 puede propagarse globalmente y causar un aumento en los casos”, señala la OMS sobre una variante cuyo riesgo fija en “bajo”. Está presente en China (30% de las secuencias), Estados Unidos (18,4%), Corea (14,1%), Japón (11,1%) y España (1,5%), entre otros. Fue detectada, en primer lugar, en Indonesia.

En este sentido, el director regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Europa, Hans Kluge, ha pedido en Twitter a los países europeos a “mantener y reforzar la vigilancia del SARS-CoV-2″ tras el “aumento gradual en los casos de Covid-19, incluyendo hospitalizaciones en algunos países europeos”.

¿Cuáles son los síntomas de ‘Eris’?

Lo que parece no haber cambiado respecto a las últimas variantes son sus síntomas, que se mantienen similares: dolor de garganta, secreción nasal, congestión, tos y fiebre. “Aunque EG.5 ha mostrado una mayor prevalencia, ventaja de crecimiento y propiedades de escape inmunitario, no se han registrado cambios en la gravedad de la enfermedad hasta la fecha”, explica la OMS.

La variante EG.5 cuenta con una mutación adicional F456L en la proteína espiga, lo que la diferencia de las subvariantes de las que procede, XBB.1.9.2 y XBB.1.5. Es, según el biólogo evolutivo Ryan Gregory, la gran diferencia en dicha proteína espiga frente a la variante ‘Kraken’, la “variante objetivo de las vacunas de refuerzo actualizadas que se lanzarán en otoño”.

Este experto considera que el incremento de las hospitalizaciones por COVID no se deben solo a la capacidad de infección de esta variante, sino que también entra en juego una inmunidad de la población más baja desde el lanzamiento de las vacunas.