Exhibición y a cuartos

España sigue en su marcha ascendente y ante Túnez se ganó el pase a los cuartos de final a lo grande, es decir convirtiendo al equipo tunecino en un cuadro vulgar. Ahora llegará el campo minado en su meta de llegar a la final, pero en las primeras de cambio sale ilesa y reforzada anímicamente con ese 28-20

 Con todas las prevenciones con que había rodeado Manolo Cadenas el encuentro ante Túnez era imposible soñar siquiera la primera mitad de España (18-9), en la que lo hizo todo bien. Todo. Portería extraordinaria (8 paradas de 17 lanzamientos); recuperaciòn (siete), contragolpe (Ugalde, Entrerríos, Guardiola), juego posicional sencillo y rápido, defensa contundente. No se puede pedir más. Una exhibición en tda regla, para acabar con una primera línea pequeña en centímetros (Antonio García, Chema y Dujsebaev), y con tres cambios ataque y defensa. Muchas novedades tácticas en el juego de España, incluso apostado por alargar el juego y acabar con los extremos (cinco de Ugalde y tres de Rocas). Y enfrente un rival impotente, que intentaba relevos, búsqueda de respuestas al ataque (Sanai se quitó lesionado, su hombre más letal en este Mundial).

Cadenas ha insistido machaconamente en romper los partidos cuando se puede, en no dejarse goles tontos, en no permitir que se rebajen las rentas para que al rival le entren los siete males. Y esta vez pasó. Se escapó España de inicio gracias al ataque y a Pérez de Vargas, y de un 4-0 se fue creciendo hasta el 18-9 del descanso. Por tanto, las lecciones insistentes del técnico parece que al final han calado en sus hombres.

En la segunda mitad no hubo que apretar más. Sólo con la inercia de la primera mitad se administró el resultado en un partido en que los árbitros quisieron ajustar un poco el marcador con las exclusiones de Cañellas, en una jugada en la que ni estaba, y de Aguinagalde, cuando los dos minutos deberían ser para el defensor.

Jugaron todos, menos Sierra, en un choque que de cara a la autoestima viene bien, especialmente para el eje de la defensa, Guardiola-Morros, y con Raúl Entrerríos otra vez entonado, y con Gonzalo Pérez otra vez el más valioso de choque.