Entrevista Marie Buffet
"El dinero y el show ensucian al deporte"
Madame, gracias por este encuentro. Aunque usted ya no es ministra, sino diputada en la Asamblea Nacional, se le supone al corriente de casi todo. Estamos aquí para saber qué opina sobre las revelaciones de Jesús Manzano y Philippe Gaumont y lo que han desatado.
Conozco lo que han dicho y eso demuestra que el dopaje es una realidad que ya se extiende a todas las disciplinas. Me llaman la atención las revelaciones que llegan desde Estados Unidos, el Caso Balco. Lo que yo extraigo en consecuencia es que hay que intensificar esta lucha contra el dopaje que al principio fue cosa de pocos países y que ahora debe ampliarse, precisamente porque se ve que hay pocos países libres de esto.
Usted dirá con qué medios...
Hay que fortalecer el papel de la Agencia Mundial Antidopaje, la WADA, y su Código Mundial. Hay que confiar en ellos. Le señalo que el desarrollo de la Agencia Mundial fue cosa de algunos gobiernos europeos... en contra de la opinión de Estados Unidos, precisamente. Tal como está todo ahora y se ve en el Caso Balco, la Agencia y el Código necesitan el máximo apoyo del mundo del deporte y de los gobiernos. Se trata de invertir en medios que son necesarios y hay que cambiar reglas.
¿Cómo se ha podido llegar a esta situación que, para el lego en asuntos deportivos, se parece mucho a una crisis de descomposición?
Estoy inquieta, en efecto, porque ésta es una crisis que viene de tiempo atrás, desde que el mundo del dinero empezó a rodear al deporte... y no ha cesado. El problema es la sobrecompetición, la saturación de competiciones en busca de más ingresos. Por ejemplo, el UCI Pro Tour que ahora patrocina el señor Verbruggen obliga al deportista a un esfuerzo máximo, sin descanso. Un ciclista del Pro Tour debe estar siempre al 100%, no tiene derecho a encontrarse en media forma. Tendrá exigencias por el equipo, y el equipo, por el patrocinador. Mientras más exigencias lleguen desde el mundo del dinero, más presión habrá sobre el mundo de los deportistas que compiten. Mientras la razón de todo sea el dinero, más presión se pondrá sobre el deportista. Que el gran dinero ensucia al deporte es algo evidente. Resumo: Que el dinero no ensucie al deporte.
En esta dinámica, nos encontramos con un país, España, en el que, a diferencia de Francia e Italia, no hay una Ley estatal que regule los asuntos deportivos o relacionados con el dopaje. ¿Qué le parece esto?
Que en España no haya esa Ley es una lástima. Lo que yo creo, por ejemplo, es que esa ley estatal debe ser una legislación coherente con el Código Mundial Antidopaje. Nada hay más necesario que la implicación de los gobiernos. Si no hay esa ley, se crea un sentimiento de impunidad.
Usted tuvo una experiencia impactante con el Tour de 1998 (foto de la derecha) y la explosión de las redadas antidroga en el corazón de los equipos. Ahí nació su aureola mundial. ¿Cómo recuerda eso, cuando ya han pasado seis años? ¿Le impresionó?
No, era una simple cuestión de hacer cumplir la ley. No fueron tanto aquellos hechos en sí mismo, como lo que revelaron: había equipos enteros tocados por esta situación. No era una cosa individual o de algunos en concreto, sino que se pudo contrastar la existencia de una, de una...
... De una cadena.
...En efecto, de una cadena, en la que había muchos implicados, y no sólo los ciclistas. En realidad, como ya hablaremos después, el deportista es una víctima. En esa cadena se interrelacionaban muchos miembros. Y me puedo referir a lo que pasó al ciclista Christophe Bassons y a las presiones que recibió cuando empezó con sus revelaciones. Hoy les ha tocado a Gaumont y a Manzano...
(Durante el Tour de 1999, Bassons, que había estado en el Festina hasta 1998, escribió una serie de artículos en Le Monde en los que empezó a insinuar cuestiones sobre el dopaje, tabú en el seno del pelotón. En aquellos momentos, Bassons, ya en La Française de Jeux, recibió insinuaciones "de vuelta", incluso del mismo Lance Armstrong, quien llegó a advertirle de lo caro que le podían salir en el pelotón aquellos artículos de Le Monde).
Volvemos un poco a lo mismo, a la raíz. ¿Dónde está la razón de que pasen estas cosas, cómo se lo explica Marie-George Buffet después de sus cinco años (1997-2002) en el Ministerio de Juventud y Deporte?
(Pensativa...) Si queremos recuperar lo que fue el movimiento deportivo, tenemos que ir a la base. Y en esa base, en los orígenes, está que lo que tiene que ser el objetivo es el mismo deporte. Cuando se oye a dirigentes deportivos luchar y preocuparse por la contratación de cada minuto en televisión, o cuando se mete a la publicidad en un mismo plano o superior al de los deportistas, entonces es cuando el deporte pierde. El deporte debe tener su lugar y todo lo demás, el suyo. Y el dinero debe estar en el suyo, nunca en el del deporte.
Proponga usted misma unas líneas maestras de cambio.
(Contundente) No debería haber grandes equipos de fútbol y de ciclismo si no tienen buenos equipos inferiores, de formación de niños. No debería existir el deporte-show sin deporte de base. Es artificial destinar dinero al deporte-show, si no hay estructuras de base. ¿Qué es lo que da la felicidad realmente? Yo se lo voy a decir. Yo creo que no puede haber más felicidad en el deporte que si tu equipo de fútbol sube de Segunda a Primera, o incluso gana un título con gol decisivo de un jugador de la cantera. Pero eso, en estos tiempos, no lo entienden los presidentes.
A veces, se le nota apasionada con este mundillo, como si les uniera una relación pasional. ¿Añora el Ministerio de la Juventud y el Deporte?
Es que el combate no ha acabado. Pero no, no es que tenga ganas de volver. Este es un mundo atormentado al que una se apega. Guardo muy buenas relaciones con todos los que fueron de buena fe. Pero no estoy segura de que a algunos presidentes del fútbol les gustase mi vuelta. Le impedí ir a cotizar a la Bolsa de valores y les pedí el 5% de los derechos de televisión. Así que...
¿Qué deportistas le fascinaron o fascinan?
Primero, Stéphane Diagana, el atleta de 400 vallas. La suya ha sido una carrera larga y llena de valores. Siempre fue limpio, un ciudadano ejemplar. Y, mmm... ponga esto, le tengo todo el respeto a Zinedine Zidane. No sólo por su técnica en fútbol, que es admirable, sino porque nunca olvidó sus orígenes y siempre ha prestado mucha atención a los niños de los barrios pobres. Nunca ha olvidado que salió de La Castellane, allí en Marsella.
Hablando de fútbol y de España, sabrá que allí sigue jugando un futbolista, Gurpegui, sin cumplir sanción por un control positivo...
¿...? ¿Es cierto? No lo entiendo. En Francia, un jugador con un control positivo contrastado es suspendido de un modo o de otro. Si no lo hace la Federación de Fútbol, el expediente pasa al Consejo Nacional del Dopaje, que es el que sanciona. Le explico: nosotros creemos que el deportista es una víctima. La policía persigue civilmente a los que trafican, a los que ponen en marcha aquella cadena, pero el deportista ha de tomar sus responsabilidades... en el mundo del deporte.
No me ha analizado particularmente la conducta de Hein Verbruggen.
¿Verbruggen? Hmmm (Gesto diplomático, ministerial). Mire, los presidentes de las federaciones olímpicas están o deben estar en primera línea de la lucha contra el dopaje. Deberían ser los corresponsales de la WADA y hacer cumplir el Código Mundial. Pero las cosas han avanzado. Al menos, en Francia está todo más controlado. Y en Italia. En España... ya no estoy tan segura. Estamos en una carrera contra el reloj, eso sí que es seguro.
Ya salió España...
Pero no están ustedes tan lejos de Francia en legislación, créame. He estado allí, he firmado cosas de cooperación con sus autoridades. Hay una gran diferencia: aquí en Francia no tenemos que lidiar con ese fenómeno de show en torno a los grandes clubes. Siempre que entra ese factor, malo. El mismo año del famoso Tour, en 1998, yo recibí más presiones que nunca cuando, seis meses antes del Mundial de fútbol, quise controlar por sorpresa a nuestra selección, que después fue campeona. Tuve muchas presiones, más que con ninguna otra cosa. Se hicieron los controles y no, no pasó nada, no hubo positivos.
Señora diputada, vamos terminando. Tengo curiosidad: ¿Prohibiría usted las corridas de toros...?
(Sonríe "francesamente", "a la Trintignant"). Ja, ja. Yo fui Ministra de Juventud y Deporte. Los toros, lo que es la corrida, dependen aquí de Cultura. Es un espectáculo artístico. Y tiene algo de arte. No: no los prohibiría.
Usted, una chica normal del Alto Sena, que iba para funcionaria, ¿cómo acabó en política de esta manera?
Conocí muchos problemas sociales en mi infancia. Participé en las luchas de los 60 por la paz en el Vietnam.
¿Tuvo familiares en aquel desastre francés de Dien Bien Phu, en 1954?
(...) No, lo mío, lo nuestro fue después: la guerra de Estados Unidos...
(Vamos al patio del Palais Bourbon: es el corazón de la Asamblea Nacional. El alma de activista de la ciudadana Buffet se remansa: desfila la Guardia de la República. Traspasa La Marsellesa el aire húmedo de París: "Allons enfants de la patrie, le jour de gloire est arrivé...", el día de gloria ha llegado: Pero este combate no ha acabado...)
Prestigio para ser candidata a la presidencia
El Partido Comunista de Francia (PCF) piensa en Marie-George Buffet como próxima candidata a la Presidencia de la República. En las últimas elecciones regionales, 2002, Buffet dobló en París el número de sufragios de la anterior candidatura del PCF, que, gracias al carisma de la ex ministra, saltó desde el 3,5% al 7% de los votos emitidos. Madame Buffet (Sceaux, Hauts-de-Seine, 1949), casada, con dos hijos y un nieto, ocupa escaño en la Asamblea Nacional gracias a los votos de la circunscripción de Seine-Sant-Denis. Sería el siguiente gran gran paso de la llamada Dama de Hierro.