Segunda | Murcia 1 - Levante 0

Murcia ya es de Primera

La Condomina vibró con el gol de Acciar. Isach falló un penalti en el 85’. La ciudad se echó a la calle

<b>LA FIESTA COMENZÓ EN LA CONDOMINA</B>. Cuando terminó el partido, los aficionados murcianistas tomaron de forma pacífica La Condomina y reclamaron la presencia de los héroes de David Vidal. Los jugadores del Murcia regresaron al campo con una camiseta conmemorativa del ascenso a Primera División.
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Era sólo cuestión de tiempo. Tal y como estaba La Condomina, más bien toda Murcia, el certificar el ascenso a Primera era sólo cuestión de un día, una hora y un protagonista. El héroe fue José Luis Acciari y el momento elegido para su gesta, el minuto 47. En ese instante, el Real Murcia ponía fin a 14 largos años de travesía por el desierto (o por sitios peores) y regresaba a la élite del fútbol. Los grana son de Primera, pero no por la guinda puesta ayer, sino por el minucioso trabajo realizado durante todo el año por un David Vidal que ha ensartado piezas grises para obtener una máquina brillante. Enhorabuena pues.

El 1 de junio de 2003 ya figura con letras de oro en la historia de la entidad que preside Jesús Samper (auténtico artífice de lo conseguido), pero han sido muchos los momentos de sufrimiento y los goles clave que han desembocado en la locura que ayer se vivió en la Redonda. El tanto de Acciari será recordado siempre, ninguno de los presentes en La Condomina lo podremos olvidar, pero tan importante como éste fueron muchos otros de Tito, Setvalls, Richi, Karanka... Lo han sido las paradas de Reinke (un armario empotrado made in germany) y, sobre todo, el trabajo defensivo de un Murcia construido de atrás hacia delante. Lo cierto es que ver jugar a los grana aburre... salvo que seas murcianista, porque a un equipo eminentemente resultadista, esta vez le ha acompañado el resultado. Por lo tanto, misión cumplida. Nadie se acuerda del juego, sólo del logro final. Además, vista la última final de la Champions League, lo de ayer, por ejemplo, supo a gloria.

Efectivos. Para poner bien de manifiesto que este fútbol tiende a lo efectivo y no a lo efectista, el destino quiso que la víctima del día del ascenso fuera un conjunto que representa todo lo contrario a los valores de Vidal. El Levante se plantó sobre el campo con todo su arsenal de nombres, porque visto lo visto, el cuadro granota debe replantearse si le conviene seguir siendo la vedette de la categoría o ascender. Mijatovic, Congo, Amato... sobre el papel asustan a cualquiera, pero sobre el césped (que es lo que cuenta) nada de nada. Al menos ayer, y tampoco antes, especialmente en esta recta final donde han tenido al alcance de su mano el meterse arriba y no lo han logrado. Salvo excepciones, adiós y gracias.

Porque entre medio de tantas "estrellas", el crack auténtico fue Acciari, un guerrero, canchero y mordedor, que aparece cuando más se le necesita. Suyo fue el gol de la salvación el año pasado ante el Jaén y suyo es el tanto del ascenso. Eso es ser determinante y lo demás, milongas. Eso sí, el argentino estuvo perfectamente escudado por Ismael, que se marcó un encuentro (en general, una temporada) de escándalo, que le coronan como el mejor interior de la categoría. El jiennense tiene velocidad, habilidad y ayer se gustó. Como los buenos toreros, se vino arriba y estuvo inmenso para burlar a la zaga granota. En Primera puede dar mucho que hablar.

De todo lo demás, la memoria retendrá pocas cosas, sólo el resultado final, que no es poco. Este Murcia es como la selección alemana, defiende hasta la saciedad, no tiene fisuras y aburre al rival. Mata el partido para manejarlo a su antojo y, cuando parece que no pasa nada, llega su gol. La verdad es que el Murcia mola, porque todo el mundo sabe a qué juega y qué debe hacer y eso da gusto, sobre todo si delante hay un Levante medio caótico donde los mejores ayer (grandes Sérvulo y Aizpurúa) han estado todo el año en el banquillo. Alguien debería explicar el motivo.

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Alea jacta est. Ya que los granotas no han cumplido con su objetivo, no era justo que se convirtieran en los aguafiestas del Murcia. Todo estaba preparado en la capital del Segura para el festejo, la suerte estaba echada, porque su equipo iba a subir sí o sí, pero nadie quería posponerlo. Aunque intentaron no serlo, los valencianos acabaron siendo el convidado de piedra. Bastante han hecho ya los azulgrana con desilusionar a sus seguidores como para hacer lo mismo con los del Murcia. En el fondo, los de Gómez se portaron bien, inquietaron un poco, amagaron con golpear, tuvieron la pelota (realmente porque su rival se la dejó), pero no mordieron.

Con un compañero de baile inofensivo, los locales jugaron a su antojo, bien arropados desde la grada, los balcones y azoteas. Realmente empujaba toda la Región, como la noche antes ya se hacía desde el Guajiro, el Chéche y el Dance, bueno ahí no que son muy snobs. Un mito como el Toro Aquino sonreía en la grada y Cholo, en la cabina de al lado. Nada más salir al campo, Isach tuvo el 2-0 en el 85’, pero Aizpurúa detuvo el penalti de Rivera, y el Murcia tuvo que sufrir hasta el 98’, pero eso era lo justo porque un equipo correoso y peleón debe subir conforme a su estilo y el Murcia lo hizo, para alegrarle la vida a miles de murcianos.

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