El Sevilla gana, el Betis protesta
Mercado hizo el 1-0 en el 51' después de un centro de Nasri. Al Betis se le anuló un gol a Álex Alegría por fuera de juego de Rubén, en una jugada que era clamorosamente legal.
La hemeroteca dirá que el primer derbi de la Liga 16-17 lo ganó el Sevilla 1-0 con gol de un gladiador, Gabriel Mercado. Nada extraordinario a primera vista. Un partido resuelto por la mínima por el equipo de casa en una jugada a balón parado. Seguramente una rutina en la historia de esta rivalidad. Los bares de la ciudad, sin embargo, no pensarán lo mismo este miércoles a la hora del desayuno. Más bien hervirán.
Se queja el Betis, y se queja con razón, de un gol anulado por fuera de juego a Álex Alegría sin ningún motivo. La jugada determinó el marcador, que por entonces estaba ya 1-0. El Sevilla, por el camino, protesta un penalti dentro del área por placaje de Petros a Mercado. Pero en el área hubo de todo y algunas cosas se vieron y otras no. El Sevilla, por lo demás, hizo más por ganar un derbi ardoroso ante un Betis con un planteamiento cicatero hasta que recibió el 1-0. Pero se siente agraviado. Y con razón. El derbi durará varios días en las esquinas futboleras más calientes de la ciudad.
El Sevilla, y especialmente el Betis, experimentaron en la primera parte para saber dónde estaba el límite del reglamento. Petros recibió a portagayola al Sevilla con un entradón a Iborra así que el partido cogió temperatura pronto. Pezzella y Bruno también anduvieron sobre el alambre del código disciplinario y en el Sevilla al carro se apuntó Nasri, que posiblemente fuese quien anduviera más cerca de la expulsión. Ya con amarilla pisó a Felipe Gutiérrez.
La primera parte tuvo mucha presión. Mucho sudor y mucha pasión. En parte, superó a Estrada Fernández, que también entendió lo que es el derbi (luego supo contener bien). Los argumentos futbolísticos, sin embargo, fueron escasos. El Sevilla expuso más. Escudero se incorporó muy bien por la izquierda (completísimo su partido) y Franco Vázquez remató un par de veces fuera, pero la ocasión más clara fue de Vietto. Bruno, horrible la primera parte, no supo ni cubrir un balón que se perdía sobre el gol norte del Sánchez Pizjuán. Vietto lo recuperó y se fue a por Adán. Pero por el camino se fue asustando y casi no consiguió. El Betis apenas se asomó por la banda de Joaquín y Forzó un par de faltas laterales pero no inquietó mucho a Rico. Estuvo más cómodo en el balón dividiod. Un partido de trincheras. Eso también es fútbol.
La segunda parte empezó incluso más alta de revoluciones. El Sevilla tiró varios córners y, en una falta frontal alejada del área, Nasri, sobre el que llueven críticas y tiene un estado físico deficiente pero una gran lectura del juego, templó y encontró a Mercado. Canchero, y con la mano dolorida y sangre en la camiseta, el argentino fue el más listo en el área y peinó lejos de Adán. El gol del argentino, que celebró como en un River-Boca, fue el límite. Pero legal.
El Betis se dio cuenta de lo poco que había hecho durante 50 minutos y a la primera que se juntaron Joaquín y Rubén fabricaron la jugada decisiva: el genio de El Puerto picó sobre el canario que regaló el gol a Álex Alegría. La acción no sólo fue legal, sino preciosa. Pero el asistente de Estrada Fernández, en un extraño arrebato, levantó la bandera. Nadie del Betis protestó, pero el error fue muy grueso y condicionó el partido. Se enteraron al final. Olvidado el episodio, Poyet, que hizo un planteamiento inicial cobarde, recurrió a Ceballos y Musonda, dos de sus jugadores con más talento.
El Sevilla no demostró el gobierno de los últimos años en los derbis, pero apenas fue inquietado por dos tiros de Rubén Castro. Gritó Mercado, ganó el Sevilla y protestó el Betis. El derbi durará días.
