CUARTOS | ALEMANIA 1 - ITALIA 1 (6-5)
Alemania pasa en los penaltis
Se lanzaron dieciocho y Héctor marcó el definitivo. Özil había adelantado a Alemania y un penalti tonto de Boateng provocó el empate de Bonucci.
El fútbol, al igual que la vida, escribe historias inexplicables. La rivalidad entre Italia y Alemania es una de ellas. La Mannschaft venia paseándose por esta Eurocopa. El rodillo de siempre, sin piedad con sus rivales y competitivos como ellos mismos. Pero igual que Aquiles en su día, aquel griego invencible, la campeona del mundo también tiene su talón y ese viste de azzurro. Los de Löw se adelantaron, pero un penalti de Bonucci les hizo tener que llegar hasta los penaltis en los que esta vez si lograron deshacerse con el hechizo italiano del pasado y meterse en semis.
Tal y como se esperaba, Löw optó por tres centrales y sorprendió empezando sin Draxler, enorme ante los eslovacos, pero aun así la maquinaria de la campeona del mundo empezó a carburar. Posesión, superioridad, eso sí, sólo durante los primeros minutos de juego. La Squadra adelantó líneas, tapó la salida de balón, y si al final terminaban filtrándola estaba la BBC italiana para mantener la casa limpia. De repente, la bestia ya no parecía tan bestia.
Encima se lesionó Khedira, por el que Löw introdujo a Schweinsteiger que fue el encargado de silenciar a la hinchada italiana por primera vez. El del United remató un centro en el corazón del área y lo mandó hacia el fondo de la red, eso sí, haciéndole falta a de Sciglio. Lo demás: Respeto. Mucho. Y cuando el balón llegaba a la zona peligrosa, estaban Boateng y Chiellini para poner las cosas en su sitio.
Los teutones sabían que los italianos, cuanto más tiempo pasaba, más peligrosos eran, con lo cual Löw mando los suyos al ataque y la campeona del mundo respondió. Müller tuvo el 1-0 en los pies, pero entre el talón de Florenzi y el hechizo del alemán de cara al gol no entró. Alemania se vino arriba, Boateng lo intentaba desde lejos y como el fútbol, ademas de inexplicable, también suele ser justo a veces (sobre todo con Alemania), paso lo que tuvo que pasar. Gómez filtró un balón, Hector lo cruzo y Özil hizo estallar la grada germana a bocajarro. 1-0.
Pero Italia nunca muere antes del pitido final. Lo demostraron Chiellini y Buffon impidiendo el segundo de Gomez y Florenzi instantes después estrellando un centro en los brazos elevados sin sentido de Boateng. Fue en el área. Penalti. Y Bonucci no perdonó. 1-1. Prórroga, la disciplina italiana por excelencia, pero ambos conjuntos optaron por no precipitarse y probar suerte en la lotería de los penaltis que esta vez fue suspense puro. Se lanzaron un total de 18 penaltis. Con final feliz para los alemanes. Jonas Hector, el joven lateral del Colonia, fue el encargado de lanzar el último penal justo después del intento fallido de Damian y no perdonó.