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GRUPO E | ITALIA 1-SUECIA 0

Tributo de Eder a Cesarini

El jugador del Inter dio la victoria por la mínima a Italia, otra vez en los últimos minutos (86'), como en el triunfo ante Bélgica. Partido muy espeso. La 'Nazionale' ya está en octavos.

Eder, autor del gol de Italia ante Suecia.
Eder, autor del gol de Italia ante Suecia.Dean MouhtaropoulosGetty Images

En la Eurocopa de la zona Cesarini (11 de los 35 primeros goles se han marcado desde el minuto 87 hacia delante según dato de Míster Chip), Italia certificó su pase a octavos de final con un gol en el minuto 88 ante Suecia que homenajeó a aquel italo-argentino de los años 30, Renato Cesarini, que hizo un arte de marcar goles en los instantes finales de partido. Vuela Italia, henchida de moral y con mucha fe. La que no tuvo Suecia para atacar un partido en el que empezó a gustarle el empate demasiado pronto. Zlatan Ibrahimovic, el autoproclamado jugador leyenda, volvió a estamparse contra Buffon, el que sí es por mérito portero leyenda. 

Eder Citadin Martins (1986), brasileño nacido en Lauro Müller, localidad cercana a Porto Alegre y con vida nómada en los clubes de Italia: Frosinone, Empoli, Brescia, Cesena, Sampdoria e Inter…. Eder fue el héroe de la tarde de Toulouse, estadio que ya ha probado España y en el que se siente el calor de la gente bien de cerca. Cuando el partido, aburridísimo, agonizaba, agarró una dejada de Zaza (recambio de Pellé) y condujo con maestría la pelota hasta el balcón del área. La trayectoria de su disparo, bellísima, se alejó de Isaksson, Italia está nel blu dipinto di blu (“en el cielo pintado de azul”). Algún guiño extraño conduce por el camino correcto a los gladiadores de Conte. Suecia, mientras, deberá resolver sus miedos con un ataque de dignidad ante Bélgica.

Después de una actuación incluso glamourosa ante Bélgica en Lyon, de Italia se esperaba un equipo desinhibido y de colores en Toulouse. Pero las piernas estaban más flojas esta vez. Italia, con la incorporación en el once de Florenzi, uno de los jóvenes de la generación de Insigne e Immobile, demostró menos frescura, pero eso sí, por supuesto, la misma capacidad de saber jugar con un resultado que siempre. Al otro lado estaba Suecia, con su lealísima hinchada. “De pie, los de amarillo y azul”, cantaba desde la grada convencida del cambio de su equipo. Sus chicos respondieron. Hamrén introdujo tres cambios respecto al once de Irlanda. Pero, sobre todo, gasolina. Johansson, Ekdal y Guidetti le dieron cierto picante al equipo. Suecia buscó desesperadamente a Ibrahimovic pero, aunque tuvo el 57 por ciento de la posesión, inquietó lo preciso. 

Italia y Suecia empezaron a medir la posibilidad de no equivocarse. A medias entre la victoria de la primera jornada de la Nazionale y el empate de Suecia, el salvoconducto de los cuatro mejores terceros empieza a ser una droga demasiado apetecible. Pero Suecia no daba más de sí. Ibrahimovic amagó pero lleva demasiado tiempo alejándose de zonas trascendentes. Aparentando ser más de lo que es. Palabras y marketing. Guidetti no tiene palabras, marketing, ni fútbol. Un animador sin más. E Italia, como indiferente y casi modosita, activó el botón de sicario. Marcó Eder. Si lo viera Cesarini.