Asensio y Gerard maquillan la terrible Liga del Espanyol
Ambos marcaron dos goles y dieron una asistencia. El Eibar dio la cara y Borja Bastón culminó su cuenta anotadora con 18 goles esta temporada.
El colmo de un perico es que, tras nueve meses de sufrimiento sin cesar, el equipo le regale la mayor goleada en Cornellà justo el último día, cuando nada hay en juego (salvo los millones del reparto televisivo). El lema de la maravillosa minoría —raros, locos, ilógicos— no es un lugar común, sino la descripción del Espanyol. Y de sus jugadores, que liberados de tensión y en igualdad de condiciones con el Eibar, fueron capaces de lo mejor. El maquillaje llegó cuando ya se terminaba la fiesta, si es que se puede considerar así esta terrible temporada. Asensio dobló su cifra goleadora de toda la Liga, de dos a cuatro goles. Y Gerard Moreno por poco no termina ‘pichichi’ perico, pues alcanzó las siete dianas. Maquillaje que cabe no confundir con los coloretes que ha producido este equipo en bastantes tramos de la campaña.
Poco menos que asombrosa fue la primera mitad del Espanyol, haciendo valer el dicho de que las comparaciones son odiosas. Porque, si se equipara su juego de toda la temporada con el de esos 45 minutos, el equipo pareció otro. Y no porque ante el Eibar irrumpiesen a lo ‘globetrotters’, sino porque venían de la nada. Así, y tras un primer susto de Keko con un derechazo a los tres minutos que Pau desvió a córner, se pusieron los pericos a trazar cierto juego combinativo. A buscar recursos que parecían olvidados en Cornellà. Y a buscar la espalda de los defensas con éxito. Así llegó el 1-0, en un soberbio pase de 30 metros de Víctor Sánchez, con el exterior de la bota, que Gerard Moreno entendió a la perfección. Sorteó la salida de Irureta, lo dribló y marcó a puerta vacía. El propio canterano cambiaría su rol al de asistente en el 2-0, a la media hora, en una jugada asociativa poco vista en las 37 jornadas anteriores. Tanto Gerard como Asensio, autor del gol, más Víctor Sánchez y Rubén Duarte convirtieron el cortocircuito de todo el curso en una conexión eléctrica. La única salvedad fue la lesión de Javi López.
El que no conectó fue el Eibar con su centro del campo, y de ahí todas esas situaciones de inferioridad. Hasta la reanudación, en que protagonizaron los armeros sus mejores minutos, aunque casi siempre se toparon con Pau. Excepto en el arranque de Keko, que tras zafarse de Óscar Duarte fue derribado por Roco. Penalti y turno para que Borja Bastón pusiera la guinda a su temporadón con su gol 18. Ahí, como había sucedido en el primer tiempo, desenchufó de nuevo el Eibar y trató de gustarse el Espanyol.
Otros diez minutos tardó Asensio en bajar un balón del cielo, recortar a un resbaladizo Dani García y establecer de tiro cruzado su cuarto tanto en esta Liga. El último con el Espanyol, si no consigue renovar su cesión. Pero no su última asistencia, pues la tenía guardada para regalársela a Gerard en el 4-1. Como le brindó Bastón el segundo tanto armero a Sergi Enrich en el último minuto. Muchos regalos, al fin, aunque a buenas horas para Cornellà.
