Sevilla y Depor firman un armisticio en Nervión
El equipo de Emery se relajó tras ponerse por delante en el primer tiempo con gol de Iborra y lo pagó en el 81' con el de Riera. El Depor da otro paso hacia la permanencia.
Tarde de hermanamiento en Sevilla en el día que la Feria echa el cierre. A lo que se vivió en la previa entre aficiones, le siguió lo que ocurrió en el césped, en el que el Sevilla pudo sentenciar en la primera mitad y acabó regalándole la segunda al Deportivo. El punto casi salva a los gallegos y confirma que la guerra del Sevilla está en la Europa League, puesto que el tren de la Liga se le ha marchado.
Era tarde de reencuentros en Nervión. En el césped, de Fernando Navarro y Luis Alberto, mucho más aplaudido y coreado el primero que el segundo por la afición sevillista. En la banda, de Víctor Sánchez del Amo, que ocupó el banquillo sevillista como segundo de Míchel en la etapa del madrileño en la capital hispalense. De Víctor siempre se dijo que era el encargado de entrenar el balón parado de un Sevilla que, al menos en eso, sí funcionaba durante su etapa sevillista.
Esta vez, varió el técnico del Deportivo su pizarra para situar una línea de cinco defensas para frenar al ataque sevillista pero sólo Navarro pudo con Llorente y no siempre. Konoplyanka, Reyes e Iborra no tuvieron oposición y tras dos avisos en forma de cabezazo de Llorente, llegó el 1-0 en el 21. Había entrado más por la banda de Konoplyanka el Sevilla, pero fue un pase desde la izquierda de Reyes el que llegó a la cabeza de Llorente, que asistió a Iborra.
El Deportivo no daba señales en ataque, principalmente por la distancia existente entre los puntas y el resto del equipo. El Sevilla, sin apretar, se seguía plantando con facilidad en las inmediaciones del área de Manu. Llorente tuvo en sus pies el segundo tras un genial taconazo de Iborra y, al tran tran, el partido llegó al descanso.A Sergio Rico sólo se le vio en un tiro flojo de Fayçal tras pérdida de Cristóforo. Muy poca cosa. Al menos, los 800 aficionados deportivistas que se desplazaron a la capital hispalense se lo pasaban bien en la grada, algo es algo.
Movió el árbol Víctor dando entrada a Cani por Luisinho tras el descanso, el dibujo volvió a ser un 4-4-2 y tuvo que cambiar por obligación al poco al lesionarse Luis Alberto. El gaditano, ahora sí, se marchó ovacionado y lo sustituyó Oriol Riera. El Sevilla le cedió el terreno y el balón al Deportivo, que no encontró huecos. El plan de Emery era buscar sentenciar a la contra, pero uno de sus mejores lanzadores, Reyes, se tuvo que ir también lesionado a la hora de partido.
El partido languidecía . El Deportivo se acercaba en faltas laterales y el Sevilla simplemente dejaba correr los minutos, con el riesgo que ello conllevaba por lo exiguo del resultado. Con más aplausos que otra cosa fue despedido Llorente en su cambio y con la grada en pie Fernando Navarro en el suyo. Fue el paréntesis al runrún de una grada a la que no le gustó la actitud de los locales en el segundo acto.
Y con razón, porque al Deportivo sólo le hizo falta un poco de fe en la presión para que Fayçal condujera, Lucas Pérez sirviera y Oriol Riera empatara en el 81. Los cambios empeoraron al Sevilla, pero las bajas provocaron que la diferencia de nivel entre el banquillo y el once titular fuera evidente. Acabó encerrando el Sevilla en su área al Deportivo con balones colgado pero había muy poquita pólvora en el césped para que el marcador volviera a moverse.