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RAYO 1 - EIBAR 1

Vallecas no fue suficiente y el Rayo se acerca a la zona baja

Marcaron en la primera parte Zé Castro, que se lesionó en la segunda, y Escalante. El Eibar se quedó también con 10 tras la expulsión de Radosevic.

El centrocampista del Rayo Vallecano, Roberto Trashorras, controla el balón ante el jugador argentino del Eibar, Gonzalo Escalante.
El centrocampista del Rayo Vallecano, Roberto Trashorras, controla el balón ante el jugador argentino del Eibar, Gonzalo Escalante.Paco CamposEFE
LALIGA

Un empate más, dos puntos menos. Y ya son nueve los que ha cosechado el Rayo, más de los que sumó en las dos temporadas anteriores (4+4) y, aunque sigue marcando (iguala el récord de doce jornadas consecutivas viendo puerta, en la 99-00 y la 00-01), atrás sigue sufriendo. Se aprieta cada vez más la zona baja y la cuesta de la salvación se antoja empinada. Duelen las piernas, pero cada pedalada (por corta que sea) puede ser crucial. El Eibar tiene escrito en la piel lo que supone el descenso y se aferra con uñas y dientes a Primera. Mendilibar respira. El punto le vale.

Si la misma fórmula siempre implica igual resultado, Paco cambió hasta cinco variables en el once. Salió Miku directamente de la enfermería a merodear el área armera, aunque fue la testa de Zé Castro la que encendía la esperanza. El defensa volvió al equipo y marcó su primer gol con la franja (no veía puerta desde la 08-09), se reivindicó cabeceando un córner botado por Trashorras. Entonces, el Rayo volaba y altos se fueron dos peligrosos disparos de Miku y Bebé. Se resistía el 2-0. Y a medida que los locales levantaban el pie del acelerador, los eibarreses se metían en faena. Escalante se coló entre la defensa rayista y cabeceó un centro de Juncà desde el mediocampo. A partir de ahí, los de Mendilibar se sintieron cómodos, como evidenció un disparo de Ramis, que se fue alto ya al filo del descanso.

Paco movió ficha. Había que aplacar las arremetidas de Borja Bastón (intermitente) e Inui (incombustible). Quini y Embarba, eran los Ases bajo la manga. El primero trataba de frenar el Tsunami Inui; el segundo, intentaba surtir de balones a Miku. El marcador no se movía. El Rayo se aferró al efecto Manucho y el Eibar, a Borja, cuyo empuje terminó en falta sobre Yoel. La expulsión de Radosevic hizo que Mendilibar protegiese su botín con los cambios y las opciones franjirrojas de ganar pasaron por dos jugadas. Una en la que Álvarez Izquierdo no vio el agarrón de Ramis a Manucho dentro del área y la otra, que terminó con un paradón de Riesgo a Llorente. Vallecas no duerme en descenso y trata de engañar al peligro, con pasitos cortos.