Volvió Agirretxe, volvió el gol
Su tanto a diez minutos del final y en fuera de juego le permitió a la Real salvar los muebles. Un buen Málaga se había adelantado con gol de Cop.
La Real Sociedad y el Málaga firmaron unas tablas con pinta de ser totalmente justas. Por los méritos y las ocasiones de ambos. Un partido igualado, jugado de tú a tú, en el que ninguno mereció perder y ambos hicieron muchas cosas bien para haber ganado. Fueron las tablas de la paz, aunque el partido terminara un poco caliente. Porque realmente, en ese reparto de puntos, es el Málaga quien debe sentirse perjudicado, porque en el gol realista no hay un fuera de juego... ¡Hay dos! Es la segunda semana seguida en la que al equipo de Gracia le empatan por culpa de un gol en fuera de juego claro. Tienen razones más que fundamentadas para quejarse.
De inicio, tal y como se esperaba, tanto la Real como el Málaga notaron la ausencia importante de jugadores fundamentales en sus salas de máquinas. Porque Camacho es medio Málaga en la medular, e Illarramendi es el jugador clave para equilibrar el equipo de Eusebio. Quizá por eso, ambos conjuntos comenzaron jugando más en largo que intentando hacerse con la posesión de la pelota. Aunque poco a poco, fue la Real la que trató de hacerse con el dominio del partido y fue teniendo las primeras opciones de gol, aunque no lo suficientemente claras como para adelantarse en el marcador. Sin embargo, fue el Málaga quien asustó primero, con un disparo duro y seco desde la frontal de Cop que Rulli solo pudo despejar con los puños.
Con las fuerzas igualadas, ambos equipos se fajaban por tener la pelota, por llevar la manija del balón. Fornals pudo, a su manera, hacer olvidar la baja de Camacho en el Málaga, y en la Real, cada vez que el balón pasaba por las botas de Pardo, ocurría algo Interesante, pero al ataque realista le faltaba algo de continuidad. Bruma estaba muy activo, pero se echaban en falta la aportación de un Vela demasiado frío y las subidas por banda de los laterales. Oyarzabal peleaba mucho, se movía con mucho criterio en ataque como falso 9, pero estaba demasiado desasistido. Y en ese contexto, las ocasiones de gol llegaron en jugadas aisladas. Un buen remate de Charles rozando el poste de Rulli a mejor centro desde la izquierda de Horta. Y dos balones al larguero por parte Oyarzabal, y una buena jugada por la derecha de Zaldua que remató fuera Bruma, la única trenzada y con sentido que hicieron los realistas antes del descanso. Ambos tenían buenas intenciones, pero las fuerzas estaban tan parejas que las ocasiones brillaban por su ausencia.
Tras el descanso, el partido parecía que se convertía en un correcalles que iba a agitar la coctelera. Fue una ilusión; pronto ambos volvieron a su pelea en el centro de campo por controlar la pelota. Aunque la Real parecía que estaba mejor, que tenía más y mejores ocasiones, el Málaga aprovechó para adelantarse en el marcador gracias a un remate inapelable de Cop tras una buena jugada por la derecha. El croata veía premiado todo su esfuerzo y buen trabajo en la delantera. Labor que se ve poco, pero que sirve de mucho. Y que en Anoeta tuvo el premio del gol.
A partir de ahí, Gracia hizo cambios para defender la renta, con orden y solidez. Y Eusebio todo lo contrario. Buscó con los cambios el empate, con arrojó y valentía, pero sin mucha claridad. Pero fue tan valiente que hasta se atrevió con Agirretxe, que estaba al 50% y que sólo había hecho una sesión con el grupo tras su lesión. La necesidad apretaba. La jugada le salió tan redonda que el delantero de Usurbil hizo el gol del empate en uno de los primeros balones que tocó. Eso es olfato goleador y lo demás tonterías. ¿Estaba en fuera de juego? Sí. Pero subió al marcador. Y de ahí al final, se defendió el Málaga y lo intentó la Real. No hubiera sido justo otro gol. Un punto para cada equipo, y porque no les pueden dar a los dos los tres, que sino...