Cheryshev sale al rescate
El Espanyol se adelantó gracias a un gol de Duarte pero los de Neville dieron la vuelta al marcador con un gol de Negredo y el tanto de cabeza del ruso.
Cheryshev salió al rescate de Gary Neville. El Valencia ganó por la cabeza del ruso y la paciencia de Mestalla. El gol de Cheryshev dio la primera victoria en Liga a Neville y condenó al Espanyol a irse de vacío, maldiciéndose por las ocasiones malogradas y también por la vuelta de Diego Alves, que aunque erró en el gol de Duarte bien se puede decir que regresó con un pan debajo del brazo. Toma aire Neville y se verá esta derrota conlleva que Galca haga las maletas.
Lo dicho, con Diego Alves volvieron los milagros a la portería del Valencia. Mano de santo la del brasileño a remate a bocajarro de Caicedo e incomprensible error de Mamadou en el rechaze (aunque la acción fue anulada por fuera de juego). Ese aviso llegó apenas comenzó el encuentro, en unos minutos en los que parecía que el Valencia salía enchufado como lo estaba su grada. Pero una cosa es el querer y otra el saber. Y más cuando la defensa blanquinegra invita a todo menos a confiarle algo.
Cierto es que por el carril de Siqueira, entre el brasileño, las idas y venidas hacia dentro de Cheryshev y en la única aparición de Rodrigo, los de Neville ronroneaban a Pau, sobre todo en un remate tal como le venía de Alcácer que se fue por poco. Pero prácticamente con esa y con un disparo de falta de Parejo se relata la tarea ofensiva blanquinegra en la primera mitad, periodo en el que el Espanyol fue de menos a más.
Los de Galca salieron a no cometer errores y conforme se fueron sintieron seguros como los del anuncio, entre Asensio, Gerard y Burgui comenzaron a encontrarle las cosquillas a la zaga de Neville. Quizás no como para merecer el gol, pero sí lo suficiente como para que en la grada empezaran a inquietarse. Si no hubo pitos fue por respeto y porque no está la cosa por Mestalla como para tirarse piedras en su tejado.
La grada ni tan siquiera olvidó cual era su papel en la velada cuando Duarte envió al fondo de la red un saque de esquina de Burgui. De nuevo el Valencia de Neville se veía por detrás en el marcador. El inglés movió ficha con la salida de Negredo por Rodrigo. El hispano-brasileño fue el único que se llevó la bronca del público.
El Valencia tenía por delante 38 minutos para evitar un suicidio colectivo, que lo hubiera habido de no ser por Diego Alves. El brasileño truncó hasta en tres ocasiones el 0-2. Asensio hizo lo que quiso con los blanquinegros y cada contragolpe, cada saque de esquina, era una mirada hacia el precipicio para los locales. Pero entre que Feghouli se puso el mono de faena y que de la nada apareció Cancelo para romper por el centro a la zaga periquita, el Valencia logró la igualada con un disparo de Negredo que entró a trancas y barrancas.
Con el empate el Espanyol no se vino abajo. Al contrario. Los de Galca tuvieron alguna que otra ocasión para de nuevo ponerse por delante. Pero, a falta de 14 minutos, Feghouli peleó hasta el final por un balón que estaba abocado a irse por la línea de fondo, llegó para centrarlo y como una exhalación se lanzó a por él Cheryshev, a quien por primera vez le cantaron este año lo de “Cheryshev te quiero” sin sorna y con sentimiento.