Empate frenético en Riazor
Los de Paco se adelantaron dos veces: Miku (9') y Jozabed (23'). Tras el empate de Fajr (46'), un golazo, los de Víctor acosaron, sin acierto.
Deportivo y Rayo Vallecano se repartieron los puntos en un partido frenético en el que los coruñeses tuvieron que remontar en dos ocasiones. Hubo golazos, errores gruesos, intensidad, polémica arbitral, ambición... fútbol. El punto no saca del descenso a los vallecanos, pero les hace continuar por la buena senda, sobre todo tras no doblarse ante el acoso local en el inicio del segundo tiempo. Los de Víctor siguen sin ganar en 2016 y suman ya cinco partidos sin hacerlo, aunque como ante el Valencia es posible que los méritos fuesen suficientes.
La montaña rusa comenzó pronto, con 23 minutos frenéticos en los que se vieron tres goles, y pudieron ser más. El primero en golpear fue el Rayo, con una perfecta combinación entre Pablo Hernández y Quini que terminó con centro del lateral que remató a placer Miku. El Depor no se descompuso y Luis Alberto dio una asistencia de lujo para que Lucas Pérez se plantase solo ante su amigo Juan Carlos, ante el que no perdonó. Gol, y ya van 14.
La alegría local duró solo cuatro minutos. Fue lo que tardó Manu en cometer uno de los errores dela Liga. Leregaló el balón a Miku, este pasó a un Jozabed, que podía estar en fuero de juego, y 1-2. Duro golpe para el meta asturiano, que volvía a jugar cinco años después con el Depor en Liga.
Para que hubiese un poco más de salsa Bikandi se tragó un penalti de Zé Castro a Lucas por un claro agarrón. Riazor, que ya venía mosqueada por varios errores en contra en un enero negro, estalló en indignación.
La tregua de goles duró poco, porque el Depor salió desmelenado tras el descanso. A los 20 segundos, disparo de Lucas y paradón de Juan Carlos. A los 40’’, golazo por toda la escuadra de Fayçal. Cinco minutos después, trallazo de Luis Alberto al palo. Luego Cani rozó un golazo de genio desde40 metros.
Poco a poco, Paco fue parando el vendaval a base de cambios y el partido se volvió a abrir después de media hora de sudores fríos para el Rayo. En la recta final Javi Guerra se acercó a los tres puntos y Luis Albertó los rozó, pero el marcador ya no volvió a moverse. Quizá las emociones ya habían sido demasiadas.