La Real perdona al final y el Deportivo continúa sin ganar
Xabi Prieto empató de penalti el tanto inicial de Luis Alberto. Jonathas y Mikel Oyarzabal remataron al larguero en los minutos finales. Sexto partido sin ganar para el Deportivo.
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Hay que frotarse los ojos para mirar el marcador de Anoeta y ver el empate (1-1) entre la Real Sociedad y el Deportivo de la Coruña. Porque el equipo donostiarra hizo de todo, y casi todo bien, para haber conseguido una victoria que se topó con la estelar actuación de German Lux. El equipo donostiarra fue el dueño y señor de todo el encuentro, y a través de la posesión del balón, tuvo innumerables ocasiones, de todos los colores y estilos, como para haber logrado con holgura el triunfo frente al conjunto deportivista. Y solo un instante de 'lapsus memoriae', bien aprovechado por Lucas, evitan un premio mayor a la notable actuación realista. Porque el Depor se limitó a eso. Pero claro, un jugador de la talla de Lucas no suele desaprovechar regalos. Y el fútbol también es eso, no solo tener la posesión de la pelota.
Eusebio repitió alineación, a pesar de la recuperación de Illarramendi, en una clara declaración de intenciones: no hay 'vacas sagradas' si algo le funciona y los que juegan le responden. Eso pasó contra el Valencia, así que dio continuidad a la formula. Y de entrada, parecía que no le iba a salir, porque su Real salió mandona, sin titubeos a dominar el partido a partir de la posesión. El Deportivo, sin Arribas y Fede, no supo frenar ese arranque fulgurante de los donostiarras, que cercaban la portería de Lux. Sin embargo, el equipo de Victor se cerró bien delante de su portería y comenzó a crear dudas en el juego realista. Una de esas dudas provocó un error en cadena de los txuri-urdin, que en su intento de no rifar nunca una pelota terminaron regalando el 0-1 al Depor. Una cesión imposible de Yuri a Rulli habilitó a Lucas, que corrió como una gacela para servir en bandeja la gloria del gol a Luis Alberto.
A la Real le costó reaccionar tras el gol, momentos de incertidumbre que el Deportivo no supo aprovechar para haber aumentado diferencias. Craso error, porque el equipo donostiarra fue despertando poco a poco, hasta llevar el partido al mismo escenario que en el arranque. Pero esta vez con más insistencia y peligro. Jonathas, que ya había errado dos ocasiones claras al principio, empezó a aparecer y conectar con Vela y Bruma, que cuando se encontraron estuvieron siempre muy cerca del gol. El mexicano, el portugués, Rubén Pardo... las ocasiones no paraban de llegar, pero siempre se topaban con el mismo muro: German Lux, que estuvo inspiradísimo en los primeros 45 minutos. Y así, con el Depor agazapado, achicando balones dentro de su área, y la Real insistiendo y mereciendo el empate, se llegó al descanso.
En la segunda parte, la Real salió con el mismo ímpetu, ante un Depor que se dedicaba a nadar y guardar la ropa, estar bien plantado en defensa y aprovechar la velocidad de Lucas y Luis Alberto para cazar a la contra a un obligado equipo donostiarra. Eso pasó en un par de buenas ocasiones de Lucas Pérez, quien sino, a las que respondió con acierto Rulli. Fueron los únicos minutos desconectados de una Real que hacia cada vez más merecimientos para conseguir, al menos, el empate. Una y otra vez lo intentaba. Por la derecha con Vela. Por la izquierda con Bruma. Por el centro con Pardo. Con Jonathas al remate, pero sin fortuna. Hasta que salió Jonas y echó una manita a los negados jugadores txuri-urdin. Penalti tan claro como absurdo sobre Xabi Prieto, y el capitán donostiarra no fallaba desde los once metros, la distancia en la que es infalible.
Era el justo premio a la insistencia de la Real, que de ahí al final no se conformó, siguió insistiendo, y solo la mala fortuna, el larguero, la falta de puntería y un Lux que estuvo inmenso evitaron la más que merecida remontada del equipo donostiarra. Eso, y que el árbitro anuló un gol legal de Iñigo Martínez por un fuera de juego que no existió. Después, Jonathas remató al larguero con el portero batido, Vela no acertó con la portería con todo a favor, Oyarzabal envió otra vez al larguero... Así, una y otra vez. El Deportivo se defendía a capa y espada, pero el resultado final siempre era el mismo. Es verdad que la justicia en el fútbol no la reparten las ocasiones, sino los goles, y en este caso, la Real hizo uno y el Deportivo otro. Pero parece mentira que en esta ocasión el equipo donostiarra no se quedara en Anoeta con los tres puntos. Porque si alguien hizo, mucho y bien, para haber logrado la victoria esa fue la Real.