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VILLARREAL 1 - EIBAR 1

El Eibar perdona al Villarreal y Jaume Costa lo aprovecha

Enrich adelantó al equipo de Mendilibar en el 27’, Areola paró un penalti y el lateral empató en el 85’. Bonera dejó al Submarino con diez por lesión y Keko al Eibar por roja.

El Eibar perdona al Villarreal y Jaume Costa lo aprovecha
JOSE JORDANAFP

Más allá del resultado final que puede desvirtuar los análisis, queda claro que el Madrid se enfrentará el próximo domingo a un hueso. Al Eibar, un modesto en puestos europeos, no le han regalado nada. Estar donde está se lo ha ganado con tanto mérito como talento. Esta vez puso contra las cuerdas al Villarreal, al que perdonó decisivamente. Apoyado en un buen sistema defensivo. Con una presión encomiable. Y gracias a su calidad en los metros finales. Enrich pudo dar la victoria con su gol en el 27’ a pase de Borja Bastón. Porque este Eibar, además de modesto es valiente. Juega con dos delanteros a la vieja usanza con alguna peculiaridad: tienen más calidad que casta; más que correr, danzan. Pero no mató, como suelen hacer los grandes. Y el Villarreal, a ratos desesperado, a ratos deprimido, sacó la garra a falta de fútbol para empatar en el 85’ con una arrancada de Jaume Costa y le dio hasta para rozar una remontada con el objetivo de aprovechar los pinchazos de Celta, Sevilla y Valencia.

El primer tiempo no pudo ser más entretenido. El Eibar demostró que su lugar en la tabla no es casualidad y el Villarreal, que sus problemas con el gol no son flor de un día. Entre Enrich y Borja Bastón desnudaron a la defensa amarilla. Tras dos amagos por sendos errores de defensa amarilla, el Eibar se puso por delante. Bakambu perdió un balón en medio campo y entre Keko, Borja Bastón y Enrich armaron una gran jugada para batir a Areola, que hasta entonces fue un muro. El Villarreal quedó noqueado en ese instante porque no sabía a quién y cómo hincar el diente. Se vio tan desnortado que tuvo un rato a la deriva que pudo pagar bien caro. Trigueros y Soldado estuvieron cerca de empatar, más por arrebatos que por juego, pero el Eibar también tuvo una ocasión inmejorable para sentenciar. Jaume Costa cometió un penalti inútil sobre Borja Bastón en el 41’ (agarrón claro en un centro sin peligro), aunque Areola detuvo la pena máxima a Dani García. El Villarreal estaba tocado y enfadado por un penalti a Soldado no señalado, pero aún seguía en pie.

Su reaparición tras el descanso fue buena. Denis y Bruno llegaron por fin con peligro al encontrar más pausa y recuperar el librillo. Además, Marcelino intentó dar más dinamismo al juego con Jonathan por Trigueros, que había sido de lo poco salvable, y con Samuel por Bakambu, que era de los pocos que se podía esperar algo. Sin embargo, a ese movimiento táctico le acompañó la mala suerte. Nada más hacer el tercer cambio se lesionó Bonera (que ya había sustituido al lesionado Bailly) y el Villarreal se quedó con diez con 35 minutos por delante. Así, el panorama siguió siendo el mismo o peor. El Submarino seguía sin dominar con argumentos. No hilvanaba por dentro ni desbordaba por fuera. Sólo se veía esfuerzo. Y al Villarreal, sin mandar, le cuesta imponerse. Necesita el balón para sentirse a gusto y su contra es peor que la de antaño. El Eibar seguía cómodo. Más arropado y amenazando a la contra. Hasta que Keko, un jugón que se ha destapado, vio dos amarillas en ocho minutos y equilibró las fuerzas con un cuarto de hora por delante.

El Villarreal, que jamás se rindió pese al mal partido de varios de sus pilares, entendió que tanto regalo caído del cielo contenía un mensaje optimista. Se lo creyó y buscó la remontada. Para ello se aferró al descaro de Denis Suárez. El extremo se inventó un pase a Jaume Costa y éste, como de un jugador de fútbol sala, siguió la pared y metió una puntera prodigiosa para igualar. El Villarreal, con cinco minutos de bonus, buscó la victoria con un asedio de los buenos. De esos a los que acostumbraba. No la encontró. Hubiera sido demasiado premio.