Mayoral, Deulofeu y Munir guían a España a la remontada
En la primera parte, España sufrió, pero en la segunda los de Celades fueron muy superiores. El madridista hizo el 2-3 el día de su debut.
La Rojita sudó de lo lindo para vencer a Georgia en su estadio y mantener así el inmejorable inicio en la fase de clasificación para la Eurocopa de 2017: seis puntos sobre seis posibles. El abultado resultado final es más maquillaje que realidad, pero que siempre sean así todas las apariencias. Los georgianos vendieron cara su piel, tanto como esperaba Celades, y demostraron ser un equipo con más nivel de lo que se deduce por su nombre. El partido fue frenético, imparable, hasta que uno de los dos cayó sobre la lona, en este caso Georgia. España mantuvo una buena línea durante todo el choque y eso, más la fe inquebrantable de sus jugadores, le dio tres valiosos puntos.
Hubo vibraciones desde los primeros minutos, cuando la Sub-21 se puso por delante y Georgia empató de seguido. Deulofeu vio muy bien a Munir tras el primero de sus muchos desbordes en el partido, pero, sin tiempo casi para asimilarlo, el cuadro local empató con un lanzamiento lateral de Tsintsadze que se coló en la portería de un Kepa sorprendido y sorprendente. El guardameta venía de dar una auténtica exhibición con el Valladolid en Huesca, pero esta es la dura de los porteros: los aciertos encumbran y los fallos desdeñan.
Aquel inicio inesperado obligó a resetear otra vez todo, aunque con la seguridad de que Georgia sería molesta hasta en los detalles más nimios. La realidad es que no estuvo cómoda España, agobiada en la zona de creación –lugar esta vez de Óliver y Asensio- y sin conectar tanto a los extremos con Munir como en el primer gol. Celades optó esta vez por Deulofeu y Samu Castillejo, dos hombres puros de banda con los que abrir el campo y ser certero en las transiciones, pero faltó toque ante un centro del campo de buena jerarquía como el georgiano. Aún así, Castillejo y Deulofeu, los dos punzones por la banda, tuvieron las ocasiones más claras para adelantar nuevamente a España.
El partido parecía ir para largo, incluso con visos de poder convertirse en un dolor de muelas para España, sobre todo cuando Lobzhanidze marcó el gol de su vida con un zurdazo que se coló por la escuadra. Sin embargo, lo que le ocurrió a La Rojita en el primer tanto le pasó también a Georgia en el segundo, pues en la jugada inmediatamente posterior apareció Deulofeu para volver a decidir. El extremo del Everton puso un balón genial para que Asensio empatara de cabeza, con visita a la red a recoger la pelota incluida, en un claro gesto de arrebato hacia una victoria que se había complicado. No sólo tiene calidad este equipo, también orgullo.
La lluvia -cada vez más intensa-, los cambios y el bajón físico de Georgia favorecieron a España en su camino hacia la remontada, que felizmente llegó a consumarse. Celades liberó a Munir pasándolo a la izquierda, metió a Mayoral como delantero centro y permutó a Óliver y Asensio, lo que favoreció a ambos. Por si fuera poco, por detrás empujó Saúl como un tractor en busca de la portería contraria, siempre presente en el centro del campo el futbolista del Atlético. Suya fue la jugada fantástica que remachó en el 2-3 Mayoral, que sólo necesitó seis minutos en su debut con la Sub-21 para evidenciar que su relación con el gol dará grandes alegrías al Madrid y a la Selección.
Con el resultado a favor, Georgia hundida y metros a la espalda de la defensa para correr, España terminó por darse un homenaje goleador que necesitaba para engrosar sus goles a favor. Munir hizo el cuarto y casi al final Ceballos, que había entrado por Munir, el quinto. Un triunfo para constatar lo que ya se sabía: tiene esta Rojita mimbres para llegar muy lejos, aunque eso conlleve esfuerzos por madurar partidos intensos como el que le propuso Georgia. Hasta en esas situaciones sabe manejarse España.