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VILLARREAL 3 - ATHLETIC 1

Clos desquicia al Athletic y el Villarreal le pasa por encima

Bruno marcó tras un penalti dudoso a Baptistao y el colegiado no señaló uno a Gurpegui. Mario y Baptistao sentenciaron. Aduriz maquilló el resultado.

Clos desquicia al Athletic y el Villarreal le pasa por encima
Domenech Castelló

El Villarreal reaccionó con entereza tras su revés europeo y se dio un festín ante el Athletic, un supercampeón que no despega en la Liga. Empujado por dos decisiones arbitrales controvertidas (penalti a favor de Baptistao y penalti no señalado a Gurpegui), el Submarino acabó machacando a un rival entregado a la primera adversidad, plano con un once sin Aduriz ni Raúl García y demasiado vulnerable tras los cambios y su supuesta mejoría. Bruno, Mario y Baptistao le hicieron añicos con sus golpes.

En el primer tiempo parecía que iban a pasar muchas cosas tras un inicio eléctrico. Con nueve cambios por equipo el cansancio no hizo mella. Sin embargo, tanto ímpetu se frenó con el esguince de Bakambu en el 12’. El Villarreal se quedó frío sin su hombre más en forma hasta que acopló a su bendito sustituto, Baptistao. Mientras, el Athletic atinaba a dejar de correr tanto en defensa al espacio como había estudiado para vigilar más la mediapunta con el cambio. El caso es que hasta poco antes del descanso no pasó casi nada destacable, más allá de los mil encontronazos, tarjetas y el solazo.

El Villarreal aportó poco en ataque en esos minutos por la imprecisión. Y el Athletic, por la ausencia de sus referentes. El plan de las rotaciones saltó por los aires. Pina dejó el primer (gran) detalle con una acción de ariete que detuvo Iraizoz. La segunda aproximación ya sí fue decisiva. Un pelotazo de Víctor Ruiz encontró a Baptistao al galope (42’). Este cargó a Gurpegui en la carrera, enfiló el área y ahí, al sentir de nuevo al central por detrás acompañado por De Marcos, se dejó caer. O eso pareció. O eso tenía pensado desde unos metros antes. Penalti que Bruno no desaprovechó.

Tras el descanso, se quebró otra pieza clave en el Subamrino. Soldado se quedó en la ducha por molestias, así que Adrián saltó al campo para terminar de desorientar a Laporte y Gurpegui, aleccionados para otro partido. La sociedad del ariete con Baptistao acabó siendo decisiva. El Athletic, desorientado, luchaba por intentar acercarse de una vez a Areola. Lo logró en el 54’, pero San José cabeceó, solo, a la grada a la vez que Víctor Ruiz blocaba a Gurpegui. Con el pasotismo del árbitro decayó el Athletic, superado hasta en la entrega que él mismo patentó. Y se rindió justo al mismo tiempo que el Villarreal comenzó a desplegar su mejor fútbol. El de antaño. Apoyado en la contundencia perdida atrás (Bailly, calma), en la intensidad en medio campo y en la calidad en la zona decisiva.

Mario fue el encargado de hacer proporcional el juego a la ventaja con un zapatazo de 25 metros que se fue alejando de la mirada de Iraizoz hasta hacerse incontrolable (66’). Baptistao, en plena furia, remató de cabeza al larguero. Y sólo unos minutos después, una contra inteligentemente liderada por Adrián acabó con un tiro certero y cruzado de su compañero de delantera. Con el 3-1 el Villarreal vuela, el Athletic duda (Madrid y Anoeta esperan) y Clos vuelve a estar en boca de más de uno.