Lucas Pérez calienta Vallecas y mantiene al Rayo en descenso
El jugador del Deportivo, ex de los vallecanos, hizo el definitivo 3-1. Borges adelantó a los de Víctor, empató Embarba y Luis Alberto hizo el 2-1. Ebert fue expulsado.
Lucas le ganó la partida al pasado. Al equipo que le vio crecer. A su amigo Juan Carlos, con quien emprendió aquel camino en las categorías inferiores. Se sentía como en casa. Marcó uno, aunque pudieron ser más. A veces lo repelió el guardameta, otras la defensa, otras simplemente falló la puntería, pero el peligro siempre estuvo en sus botas. Dos tantos en dos jornadas (Valencia y Rayo). Lucas pidió perdón a la afición de Vallecas, mientras apuntalaba la primera victoria del Depor este curso. El mismo escenario donde siete meses antes había amarrado su último triunfo a domicilio. Se cerraba el círculo. Así es el destino, a veces cruel.
Pero no fue el único. También la figura de Borges se acrecentó en la Avenida de la Albufera. Aquel doblete durante su debut la temporada anterior no era más que el prólogo. El costarricense cabeceó un centro de Luis Alberto y los fantasmas del pasado asomaron. Cuatro goles en Primera, tres al Rayo. Su víctima perfecta.
Hasta que De Burgos Bengoetxea pitó el inicio del partido, ambos contendientes llegaban con un pobre bagaje realizador. Pero el descaro de ambos técnicos y su apuesta por la intensidad, a veces frenética, propició un festival de goles. Algunos pitados, otros no. Tras el 0-1 de Borges, el Deportivo reclamó un penalti de Embarba a Lucas que el colegiado vasco no señaló e, instantes después, anulaba un tanto de Javi Guerra por fuera de juego.
El talento, la juventud para este veterano Rayo. Llegó la primera diana del equipo esta temporada, tras un destello de Ebert dejando pasar un balón que el madrileño mandó al fondo de la red. Pero poco duró la alegría. Lo poco que tardó Luis Alberto en aprovechar un error defensivo franjirrojo. Sin alzar mucho la voz sumaba gol y asistencia. A partir de ahí, los visitantes retomaban las riendas: en largo o en corto, en defensa y en ataque, su efectividad era máxima y desactivó al cuadro de Paco. Cortocircuitado por la presión de los gallegos.
Tras el descanso, el asedio de los blanquiazules no mermó y tomó la palabra Lucas. Superando a la defensa local, remachando con el exterior un pase de Mosquera, sentenciando. Ni la entrada de Lass y Manucho espolearon al Rayo, que terminó con uno menos por la expulsión de Ebert al protestar. Paco quemaba las naves sacando a Fariña, pero virar el rumbo ya era complicado. El Rayo estaba tocado y hundido. La flota victoriosa era la gallega, cómoda en las rápidas aguas de Vallecas.