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REAL MADRID

Gritos de "Florentino dimisión" en la redespedida de Casillas

El Madrid decidió abrir las puertas del estadio ante la presión de los aficionados, que aclamaron a Casillas y censuraron al presidente. Se proclamó "Ramos no se vende".

Madrid
Iker Casillas, durante su despedida de la afición blanca.
Iker Casillas, durante su despedida de la afición blanca.Realmadrid.com

Más de dos mil aficionados del Real Madrid acudieron al Santiago Bernabéu para asistir en directo al acto de despedida a Iker Casillas organizado, de forma improvisada, por el club, después de que el guardamenta del Oporto compareciera, un día antes, ante los medios de comunicación sin público y sin compañía del club. Se había anunciado su presencia a partir de la una del mediodía, pero desde las once de la mañana los madridistas pidieron sonoramente que se abrieran las puertas del estadio, apostados en la rampa de entrada del aparcamiento, para despedir a su ídolo. Fue entonces cuando lanzaron gritos de “¡Florentino, dimisión!”.

Había comenzado el acto presidido por Florentino Pérez cuando el recinto se abrió al público a las 12:30. Para sorpresa de los propios medios, el club había dispuesto un atril sobre el césped con todas las copas conseguidas por Casillas a lo largo de sus 25 años en el club. Entonces el guardameta se asomó al verde y atronaron los gritos pidiendo la salida del presidente, quien minutos antes había defendido que el meta salía del club por propia voluntad. También se escucharon gritos de "Sergio Ramos no se vende", "Florentino te queremos en la p... calle", "Arbeloa sí se vende".

El jugador se fotografió con todos los trofeos mientras en el Bernabéu resonaba el eco de "Florentino dimisión", al tiempo que era aclamado al grito de "Capitán, capitán". No hubo ningún grito contra Casillas. Iker Casillas disfrutó unos minutos más del contacto con la que ha sido su afición 25 largos años. Se le vió enjugarse algunas lágrimas, las únicas de esta segunda y definitiva despedida.

Durante más de 15 minutos la afición siguió repitiendo las consignas una y otra vez. Costó trabajo y tiempo hacerles evacuar el estadio bajo un sol de justicia que caía sobre la grada del Santiago Bernabéu.