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SUB-21 | ESPAÑA 1-BÉLGICA 4

Batacazo de la nueva hornada Sub-21: Bélgica goleó 1-4

El renovado equipo de Celades cayó sin paliativos ante Bélgica en un estreno que no hace sino acrecentar las dudas con respecto al segundo equipo nacional.

Actualizado a
Sandro Ramírez lucha el balón con Heylen Michael.
kiko delgado

La nueva generación Sub-21 cayó sin paliativos ante Bélgica en un estreno que no hace sino acrecentar las dudas con respecto al segundo equipo nacional. Si hace un mes el castigo de la anterior quinta fue quedarse sin Eurocopa y JJ OO, la actual sufrió un correctivo que mucho tiene que ver con la cercanía de aquel varapalo y la presión que sobre la Sub-21 se ha impuesto como consecuencia. No era el día para estrenar generación. Aún no.

Celades optó por un equipo con pólvora arriba, mezclando a Munir y Sandro, liberando a Denis Suárez y Saúl por detrás y dando la banda izquierda a Moi Gómez y Gayá, que cada vez que podía se sumaba con peligro. Todo ello sujetado por Samper, equilibrista de un bloque al que le costaba ser estable con la pelota en los pies. Los belgas, poderosos físicamente como vienen siendo desde hace unos años, lo detectaron y se lanzaron a la presión sobre los centrales españoles, a los que la pelota y el césped húmedo les obligaba a ejecuciones técnicas perfectas.

No fue un defensa, sin embargo, quien falló en este sentido. A la salida de un córner a favor de Bélgica, cuando España se disponía a montar la contra, Sandro combinó al borde del área con riesgo y la recuperación de Cissé acabó en gol tras un disparo cruzado de Kebesele. Si había pocas ganas de reencontrarse con la Sub-21, esto propició aún más suspiros. La sensación de fragilidad estaba patente en La Rojita pese a que fueron varias las ocasiones en las que los jugadores de ataque mostraron su potencial.

Quien más acertado estuvo fue Moi Gómez por la izquierda. Un pase de la muerte suyo lo cruzó en exceso Sandro cuando tan sólo había que empujar. Por si la depresión fuera poca, el mejor jugador belga, el mediocentro del Anderlecht Tielemans, se sacó de la chistera una cabalgada y un disparo lejano que sorprendieron a Kepa y a todo el que fue cayendo por el camino. Demasiado duro fue ese 0-2 como para sentirse ajeno, sobre todo a nivel psicológico. Y sobre todo cuando al borde del descanso Saúl y a renglón seguido Sandro se cruzaron con el poste en lo que hubiera supuesto compactar algo el marcador. Otra vez Moi Gómez había originado la jugada con una diagonal.

La desilusión se fue apoderando de A Malata, pese a que con los cambios Celades trató de variar cosas en ataque. Munir pasó al centro y Deulofeu entró de refresco con toda la banda derecha para él. El único gol español llegó como la mayoría de los belgas. Saúl fue a la presión adelantada y el balón suelto lo cruzó perfectamente Munir envolviendo la pelota. Parecía que habría reacción española pero nada más lejos de la realidad.

Los belgas siguieron mordiendo y de cada presión sacaron petróleo. Estuvo generoso Musonda en ello y también brillante con la pelota en los pies. El del Chelsea fue incontrolable para la débil defensa española. De hecho, dos asfixiantes presiones sobre la salida española, una vez más, posibilitaron lo inesperado, los goles de Kayembe y Raman que dejaron en sonrojante goleada en contra el estreno de la nueva generación Sub-21. Quizá no era el momento ni el rival para empezar un nuevo ciclo. Aún estaba sin cicatrizar la herida de la anterior hornada en Cádiz y la actual sufrió también el alcance. Hay mucho trabajo que hacer. En realidad todo está por hacer.