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Real Madrid | Objetivo indiscreto

Ramos evitó el saludo del presidente girando la cabeza

La seriedad de Ramos sorprendió al tratarse de uno de los jugadores más alegres y animosos de la plantilla; ayer estaba circunspecto y escasamente hablador.

Actualizado a
Ramos evitó el saludo del presidente girando la cabeza
AStv

Antes de la descripción de las imágenes grabadas por AStv, el contexto. El día anterior, Sergio Ramos había sido expulsado contra el Galatasaray en el minuto 26; roja directa. Camino del vestuario, Ancelotti le reprochó públicamente la acción: “¡Te come la espalda!”. Poco después, José Ramón de la Morena, en El Larguero, reveló el enfrentamiento entre el defensa y Florentino Pérez.

Así llegó Sergio Ramos al acto publicitario (algo impúdico) en el que Audi entrega a cada futbolista del Real Madrid el coche que lucirá durante la temporada (caso de tenerlo a bien). El ambiente no era relajado. Tampoco lo fue el pasado año: Mourinho se enfadó entonces porque no había coche para sus ayudantes.

Si aquella pataleta se dio por normal (la enésima), la seriedad de Ramos sorprendió al tratarse de uno de los jugadores más alegres y animosos de la plantilla; ayer estaba circunspecto y escasamente hablador. La tensión creció cuando Florentino subió al estrado para posar con la plantilla. Bale, Modric, Arbeloa… Ni un guiño, ni siquiera al héroe de la noche anterior. Al acercarse a Ramos, el sevillano giró la cara para hablar con Isco, a su espalda. Florentino pareció dirigirle una mirada de reojo, pero se refugió en Casillas (cosas veredes), al que sujetó por el brazo hasta ubicarlo a su derecha. Marcelo bromeó entonces para aliviar la tirantez. Finalmente, Ramos, segundo capitán, quedaba separado de Florentino por el presidente del Audi, Guillermo Fadda.

A continuación se repartieron los automóviles. El más pequeño lo eligió Jesús (A3); el más grande fue para Ancelotti (A8). Tres futbolistas no pudieron conducir los suyos: Coentrao y Marcelo tienen el carnet requisado por Tráfico y Jesé no se lo ha sacado aún.

Frío. El acto se cerró de ese modo, entre corrillos y tensa calma. Desde hace algún tiempo el club se protege de las filtraciones, pero no de las imprudencias: ahora se escucha que tener tres buenos centrales en una plantilla es un problema, porque siempre hay alguno enfadado. Ayer, desde luego, lo hubo.