Si decimos que José Luis Pascual Melgosa dirige un departamento de Sistemas Informáticos y Redes Sociales y que está federado como ciclista veterano, la imagen que viene a la cabeza es la de un trabajador moderno, entrado en la cuarentena, que disfruta de su afición, la bicicleta. Sin embargo, José Luis administra esa división en la diócesis de Burgos, de la que es sacerdote desde hace casi 18 años (tiene 42), y además ejerce "una labor pastoral y apostólica en la Vuelta como invitado, que ya va para una década".
Ayer, José Luis tuvo trabajo extra con el Movistar: "Debía charlar con Eusebio Unzué para que la situación se tranquilizara un poco, no se puede seguir tanto rato con la misma polémica, hay que calmar los ánimos". Al margen de sosegar el espíritu guerrero de Unzué, ¿a qué se dedica un cura en una ronda de tres semanas? "Doy consejillos a los corredores que me necesitan, confieso a los que me lo piden o les infundo energía. Sobre todo, a los españoles e italianos, que son los más creyentes. Sin embargo, no cubriré la carrera entera, voy y vengo de Burgos, allí también tengo que cumplir mis obligaciones".
Chófer.
Otro sacerdote, Salvador García, también trabaja en la Vuelta (como conductor) y da misa. "Pero yo soy la imagen reconocible, de negro y con el alzacuellos, él va casi siempre con el uniforme rojo de la carrera", dice entre risas José Luis. La figura del 'cura oficial de la Vuelta' acabó cuando El Correo dejó de organizar la carrera en 1979, aunque Unipublic heredó la costumbre y Enrique Franco también tuvo sacerdotes, que hasta daban misa dominical.
¿Y de dónde sale la pasión de Pascual por el ciclismo? "Mi primo es Isidro El Flequi Juárez, que fue profesional a finales de los 70 y hasta mediados de los 80, con Zor y Hueso. Logró una victoria en la Vuelta de 1985. Crecí y di mis primeras pedaladas con él de inspiración".
"Hasta que entré en el seminario, cogía la bici lo que podía. Ahora me entreno asiduamente con los chicos del Burgos BH y compito en pruebas de Máster 40. Y conozco a algunos de los que andan en esta Vuelta, que se preparan por la misma zona". Desde luego, está en forma: se le ve fino para su oficio, para su edad y para poner paz en un convulso pelotón.
