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EUROCOPA | NIZHNY 81- BILBAO 65

El Bilbao sólo pudo salvar el ‘average’ en su visita a Rusia

Ante el Nizhny Novgorod, horrible puesta en escena y nuevo ejercicio de impotencia, como pasó en Santiago el domingo. Habrá que ganar a Estrella Roja y Panionios para pasar.

Actualizado a
Markota, Germán Gabriel y Raúl López.
Aitor Martín

El Bilbao Basket encadenó otra derrota con la misma amargura y aspecto que en Santiago, en la última jornada de la primera vuelta de ACB. Jugando a bajas pulsaciones y con el núcleo duro demasiado exprimido (sólo hubo un cambio en el último cuarto), el equipo se fue disolviendo en Rusia como un azucarillo, sin rigor atrás y atasco en campo rival, y estuvo a punto de despeñarse. El juego físico del Nizhny fue un muro imposible de escalar. “Nuestra defensa ha sido una vez más muy deficiente”, valoró Pueyo. Pues eso. Ahora deberá ganar los dos partidos que restan para finalizar la segunda fase para estar en los cruces de octavos. En quince días recibe al Estrella Roja, con el que perdió en la ida de 18, y conviene vencer por ocho. Cerrará con la visita a un Panionios desahuciado. Entre Nizhny, Estrella Roja y Bilbao van a estar la dos plazas, como ya se esperaba. Tiene pinta de que nadie va a ceder en casa y el cuadro heleno puede ser el juez del grupo. Si no es así, los averages decantarán el mismo. Y ahí no sale mal parado el cuadro de Pueyo, ya que de momento con los rusos acumula un saldo de +10. Y estos con el Estrella Roja amasan un +11, a la espera de la visita a Belgrado.

El Bilbao anda revuelto y en esta transición para sacar a Gorka Arrinda pueden darse casos que necesitan un capitán. Como en el interés del Lietuvos Rytas por Kavaliauskas, cuyo papel es cada vez más marginal según crece la importancia de Germán Gabriel en los esquemas de Pueyo. No ya por los problemas económicos sino de relevancia deportiva, el lituano se plantea pedir una salida al equipo de su país y le hace falta un interlocutor. Arrinda, que podría estar planteándose vender su imponente chalet en una de las zonas más exclusivas de Vizcaya, ya ni viaja con el equipo. El jefe de la expedición a Rusia ha sido el consejero Salva Guardia. Mientras, los americanos, aquellos que iban a venir a salvar al club como fondos de inversión, aterrizarán, sí, pero el martes 4 tras el sorteo del Mundial, a conocer ya más a fondo la sede del Dream Team.

Kavaliauskas salió con Markota como pívots para mantener frescos a Hervelle y Gabriel. El Nizhny rozó la proeza de superar el average de -26. Ese puso +22 (68-46) cerca del final del primer cuarto y solo la maestría de los veteranos para salvar los muebles hizo que la gélida tarde (-21 grados y un partido disputado en una pista de hockey hielo con impresionantes sofás a pie de pista para los adinerados rusos) no acabase en hecatombe. Y eso que el díscolo Babbitt causa baja definitiva tras fugarse y Brezec aún no ha sido dado de alta. Los pésimos inicios siguen colapsando a los bilbaínos. Como en Sar, se tiró el partido de inicio y luego se fue nadando contra la corriente. Las ayudas llegan muy laxas y cuando el balón se gira una vez jamás se llega a puntear al exterior. Rochestie es el más creativo en los unos contra uno y los bloqueos directos eran un puñal en la defensa visitante. Al descanso, Markota llevaba 16 puntos de valoración y el resto, entre todos, cuatro. La salida del descanso fue más enérgica. El equipo se puso a diez con un poco más de finura. Puro espejismo. La avalancha volvió a llegar. Una técnica en medio del esperpento y un cuarto final… anodino. Como el juego del equipo. Como el devenir de la franquicia.