Trent Grisham, el inesperado factor X de los Yankees en 2025
El jardinero llegó en el mismo intercambio que Juan Soto, pero hasta ahora cobra notoriedad


La temporada pasada, Trent Grisham pasaba desapercibido en el Bronx. Su nombre aparecía en la alineación de vez en cuando, nunca con regularidad. El jardinero central que había ganado dos Guantes de Oro con los Padres de San Diego y que fue parte del canje que llevó a Juan Soto a los Yankees, parecía reducido a una nota al pie en la historia de la franquicia. En 2024 apenas disputó 76 encuentros, su peor marca desde que debutó en Grandes Ligas. Su promedio ofensivo cayó a un doloroso .190 y en octubre, cuando el equipo alcanzó la Serie Mundial, ni siquiera recibió un turno al bate.
Fue un golpe de realidad para alguien que durante cuatro años había sido titular indiscutible en la Liga Nacional. Grisham lo describió como una experiencia de aprendizaje. Entendió que en Nueva York no hay espacio garantizado. La franela a rayas exige paciencia, adaptabilidad y resistencia mental.
El cambio comenzó en silencio. Mientras los reflectores seguían a Aaron Judge y Juan Soto, Grisham trabajaba en ajustar su mentalidad. Se preparaba como si fuera a jugar todos los días, pero organizaba su rutina de calentamiento para la quinta entrada. Se convenció de que debía estar listo para cuando llegara la oportunidad. Ese “cambio mental”, como lo llamó, fue el cimiento de su resurgir.
Y en 2025 la espera rindió frutos.
El bate que nadie vio venir
Desde el 20 de agosto, ningún jugador en las Grandes Ligas ha conectado más cuadrangulares que Grisham. 12 vuelacercas en menos de un mes lo llevaron a alcanzar la cifra de 33 en la campaña. Con un promedio de bateo de .240 y 71 carreras impulsadas, sus números ya no lo colocan como suplente de lujo, sino como uno de los factores determinantes de la ofensiva neoyorquina.
El miércoles por la tarde en la victoria en Minnesota, Grisham bateó un par de vuelacercas. Más allá de la cantidad, la manera en que ha llegado su poder sorprende. El jardinero de 28 años suma cinco juegos con múltiples cuadrangulares en 2025, sólo superado en la Liga Americana por dos candidatos al MVP como Aaron Judge y Cal Raleigh. Grisham ha pasado de ser la pieza olvidada del cambio de Soto a convertirse en un fenómeno inesperado que cambia partidos.
Two homers tonight, 33 on the season
— MLB (@MLB) September 18, 2025
What a year it's been for Trent Grisham! pic.twitter.com/Uyt442Mkze
Grisham es el primer pelotero de MLB en tener una racha de 50 encuentros con 15 o más vuelacercas y ningún otro extra base desde Mickey Mantle en 1958, de acuerdo con estadísticas de Opta.
El guante nunca se fue
Aunque su bate ha captado titulares, la defensa de Grisham continúa siendo su sello. Ganador de dos Guantes de Oro en 2020 y 2022, su cobertura en el jardín central sigue marcando diferencia. Yankees lo utilizan como escudo detrás de su rotación, confiando en que su lectura de batazos y seguridad con el guante mantendrán la estabilidad en la pradera más complicada del estadio.
La historia detrás del apellido
Trent Clark fue el nombre con el que debutó en el beisbol profesional. Sin embargo, cuando llegó el 2018 decidió cambiar oficialmente a Grisham, en honor a Michelle, su madre. Ella lo crió sola, lo acompañó en cada torneo juvenil y hasta condujo su camioneta de un extremo al otro del país para que él pudiera enfocarse en jugar.
“Es la mejor persona del mundo y quería honrarla”, contó en una entrevista para el portal de ligas menores.
Ese sentido de gratitud explica en parte la resiliencia que ha mostrado. En Nueva York, donde cada fracaso se amplifica y cada duda puede convertirse en tormenta, Grisham aprendió a mantenerse firme. Su fortaleza emocional también encuentra soporte en Megan, su esposa desde hace más de una década, consejera profesional de salud mental a quien conoció en sexto grado. La estabilidad de su vida personal se refleja en la serenidad con la que hoy encara los momentos más exigentes del diamante.
El inesperado protagonista
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Para los Yankees, Grisham representa un seguro inesperado. El equipo que construyó su proyecto alrededor de Judge, ahora cuenta con un motor ofensivo que ningún rival anticipaba. Sus 33 cuadrangulares lo colocan en la élite de la Liga Americana y proyectan una campaña de 35 o más, algo impensado un año atrás cuando parecía condenado al anonimato.
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