Shohei Ohtani fue acusado de sabotear un proyecto inmobiliario de 240 millones de dólares
La demanda acusa a Ohtani y Balelo de interferencia ilícita y enriquecimiento injusto.


El inicio de semana ha sido una montaña rusa para Shohei Ohtani. El lunes por la noche, conectó su cuadrangular 42 en la derrota de los Dodgers ante su antiguo equipo, Angels, y volvió a empatar en el liderato de jonrones de la Liga Nacional con Kyle Schwarber. Este martes por la mañana, su nombre ya no sólo estaba en las páginas deportivas: también figuraba en una demanda de alto perfil que amenaza con arrastrarlo a un conflicto legal fuera del diamante.
De acuerdo con un informe de la agencia AP, un promotor inmobiliario y una corredora de bienes raíces de Hawái acusan al astro japonés y a su agente, Nez Balelo, de maniobrar para sacarlos de un proyecto de lujo valuado en 240 millones de dólares en la costa Hapuna de la Isla Grande. Según la querella, presentada el viernes en el Tribunal de Circuito de Hawái, Ohtani y Balelo habrían usado su influencia y poder mediático para desplazar a los demandantes sin causa justificada, beneficiándose a costa de ellos.
Shohei and Max yard. pic.twitter.com/xcqYXZIgFk
— Los Angeles Dodgers (@Dodgers) August 12, 2025
Los demandantes, Kevin J. Hayes Sr., con cuatro décadas en el negocio, y Tomoko Matsumoto, quien sería la agente de ventas, alegan que Ohtani y su representante “explotaron su influencia como celebridades para desestabilizar y desmantelar” su papel en el desarrollo, cuya ubicación se promociona como una de las más codiciadas de Estados Unidos.
El proyecto, The Vista at Mauna Kea Resort, ofrecía 14 residencias de un valor promedio de 17.3 millones cada una, con acceso privilegiado a Hapuna Beach, nombrada la mejor playa del país por Condé Nast Traveler, y campos de golf diseñados por leyendas como Arnold Palmer y Robert Trent Jones Sr. El material promocional incluso presentaba a Ohtani como “el Babe Ruth de Japón” y “Primer Residente” del desarrollo, con la promesa de construir un complejo privado de bateo y lanzamiento para su uso en la pretemporada.
La demanda asegura que Balelo se convirtió “rápidamente en una fuerza disruptiva”, presionando al socio mayoritario, Kingsbarn Realty Capital, para modificar acuerdos y, finalmente, despedir a Hayes y Matsumoto en lo que califican como “una emboscada coordinada”. Los demandantes sostienen que Kingsbarn cedió “ante todos los caprichos” del agente, priorizando la relación con Ohtani por encima de sus compromisos contractuales.
El resultado, afirman, podría costarles millones en ganancias proyectadas, honorarios de administración y comisiones. “Este caso trata sobre abuso de poder”, dice la demanda. “Los acusados utilizaron amenazas y demandas infundadas para obligar a un socio comercial a incumplir sus obligaciones y despojar a los demandantes del mismo proyecto que concibieron y construyeron”.
Un portavoz de CAA Baseball, agencia que representa a Balelo, declinó hacer comentarios a la AP, y los directivos de Kingsbarn no respondieron de inmediato a las solicitudes de reacción.
Ohtani, de 31 años, llegó a MLB en 2018 como uno de los firmas internacionales más aclamados de la historia, con la rara habilidad de brillar como lanzador y bateador. Ha sido cinco veces All-Star, tres veces Jugador Más Valioso y el año pasado firmó con los Dodgers un contrato récord de 10 años y 700 millones de dólares, coronando su primera campaña en Los Ángeles con un título de Serie Mundial en 2024 al derrotar a Yankees en cinco juegos.
Ahora, mientras sigue conectando jonrones, lleva tres encuentros seguidos haciéndolo y cuatro en sus últimos cinco encuentros,, enfrenta un desafío muy distinto: demostrar que su nombre, asociado hasta ahora con hazañas deportivas y cifras récord, no quedará marcado por una batalla judicial que mezcla lujo, negocios y acusaciones de abuso de poder en el paraíso hawaiano.
Otra sacudida pública
Apenas el año pasado, la imagen de Shohei Ohtani sufrió su primera gran sacudida fuera del diamante cuando su entonces intérprete y asistente personal, Ippei Mizuhara, fue acusado de robarle millones para cubrir deudas de apuestas ilegales. Aunque las investigaciones federales y de MLB concluyeron que el pelotero no participó en las apuestas ni conocía el fraude, el episodio dejó un halo de controversia alrededor de su nombre y lo obligó a enfrentar un vendaval mediático inusual en su impecable trayectoria.
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Ahora, este nuevo pleito judicial en Hawái, aunque de naturaleza completamente distinta, revive inevitablemente las sombras de aquel capítulo. Para un jugador cuya marca global se ha construido sobre la disciplina, la excelencia y la limpieza dentro y fuera del campo, cada aparición en temas extra diamante es una jugada riesgosa que podría alterar la narrativa de su estatus como el rostro más impecable de MLB.
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