El dominio internacional en MLB: República Dominicana lidera la presencia extranjera en 2025
En MLB se hablan muchos idiomas, pero el sentimiento es el mismo: la pasión por el beisbol
La historia del beisbol no se puede contar sin hablar de migraciones. Desde los primeros cubanos que llegaron a la National League en el siglo XIX hasta la actual presencia de jugadores de 18 países y territorios en los rosters de Opening Day 2025, el diamante ha sido un punto de encuentro para el talento global. Sin embargo, si hay una nación que no solo ha participado, sino que ha moldeado la esencia misma del juego, es República Dominicana.
Este año, por enésima ocasión, el pequeño país caribeño se alzó como la gran fábrica de peloteros de MLB con un total de 100 jugadores en los 30 equipos de la liga. No es una novedad, pero sí un testimonio de la relación visceral entre la isla y la pelota caliente. En Dominicana, el beisbol no es solo un deporte: es una forma de vida. Es la esperanza de salir adelante, la materialización de un sueño que comienza en campos de tierra y termina bajo los reflectores de estadios icónicos como Yankee Stadium o Fenway Park.
El poder extranjero en MLB
El beisbol es un idioma universal que se conjuga en diferentes acentos. Este Opening Day, 265 jugadores de 18 países y territorios fuera de los Estados Unidos formaron parte de los rosters de Grandes Ligas. Venezuela, otro gigante en la producción de talento, ocupó el segundo puesto con 63 peloteros, seguido por Cuba con 26, superando su récord previo de 23. Otros países como México (11), Japón (12), Puerto Rico (16) y Canadá (13) también mantienen su presencia en ascenso.
— Jessica Kleinschmidt (@KleinschmidtJD) March 28, 2025
La globalización del juego ha sido una evolución natural, reflejada en la diversidad de los equipos. Los San Diego Padres, por ejemplo, tienen en sus filas a jugadores de ocho países distintos, mientras que los Houston Astros y los Boston Red Sox cuentan con representantes de siete naciones. Esta mezcla de culturas ha enriquecido la liga no sólo en el campo de juego, sino en la identidad misma de cada equipo. Las celebraciones en el dugout, la música que retumba en los altavoces de los estadios y las historias de superación que inspiran a nuevas generaciones tienen un común denominador: la pasión sin fronteras.
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Si hay un país que encarna esa pasión con una intensidad inigualable, es República Dominicana. Desde Pedro Martínez hasta Juan Soto, pasando por David Ortiz, Vladimir Guerrero y Fernando Tatis Jr., los peloteros dominicanos han dejado una huella imborrable en el juego. No se trata sólo de números o trofeos, sino de la manera en que han redefinido lo que significa ser una estrella en MLB. Su estilo de juego, agresivo y electrizante, ha elevado el espectáculo a otro nivel, combinando poder, velocidad y un gozo contagioso que se refleja en cada home run, en cada robo de base y en cada jugada de fantasía.
El dominio internacional no solo se mide en cantidad de jugadores, sino también en impacto financiero. Los dos contratos más grandes en la historia del beisbol pertenecen a jugadores extranjeros: el dominicano Juan Soto con los New York Mets y el japonés Shohei Ohtani con los Los Angeles Dodgers. Ambos representan el presente y futuro de la liga, consolidando la importancia de los peloteros internacionales en el juego y en la economía de MLB.
Pero el dominio de Dominicana no es casualidad. Es el resultado de una cultura en la que el beisbol es más que una afición: es una estructura social. En cada rincón de la isla, desde San Pedro de Macorís hasta Baní, los niños crecen con un bate en la mano y un sueño en la cabeza. Las academias de MLB han potenciado este fenómeno, perfeccionando el talento crudo que emerge de las calles y los potreros, convirtiéndolo en una maquinaria de producción de élite. A los 16 años, muchos de estos jóvenes firman contratos millonarios, y a los 20 ya están enfrentando a los mejores del mundo en The Show.
Para los latinos, y especialmente para los dominicanos, el beisbol no es sÓlo un juego, es la manera en que se narra la vida.
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Mientras la liga sigue evolucionando y nuevos países como Alemania, Sudáfrica y las Bahamas comienzan a dejar su huella en el diamante, hay algo que parece inamovible: el reinado de República Dominicana. Porque en el beisbol, como en la vida, hay muchas formas de contar la historia, pero al final, la pasión es lo que hace la diferencia. Y nadie la siente como ellos.
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