GGG quiere emular a Manny Pacquiao: Golovkin piensa en volver al boxeo

La noche del sábado el boxeo recuperó brillo. La sorpresiva victoria de Terence Crawford sobre Saúl Canelo Álvarez no sólo movió las listas del libra por libra, sino que devolvió al pugilismo a la cima de la conversación deportiva global. Mientras el mundo digería lo que había ocurrido en Las Vegas, un viejo conocido decidió levantar la mano: Gennady Golovkin.

El kazajo, que no pelea desde septiembre de 2022, cuando perdió la trilogía frente a Canelo, asistió al primer gran torneo gobernado por World Boxing y, en medio de la euforia por los triunfos de su país, confesó que aún siente el cosquilleo en los nudillos.

A los 43 años, GGG no descarta un regreso a los encordados.

“¿Por qué no?”, respondió con naturalidad cuando se le preguntó si pensaba volver. “Siento mis antiguas emociones aquí”, agregó en charla con BoxingScene. No reveló rivales ni fechas, pero sí dejó abierta la puerta.

Con Golovkin de nuevo en la conversación, es natural repasar una de las carreras más dominantes de los últimos 20 años en peso medio. Durante más de una década reinó con puños de hierro, acumulando 23 defensas de campeonato mundial, igualando la marca de Bernard Hopkins. Su récord de 42-2-1 (37 KO) refleja contundencia y consistencia.

GGG se ganó la reputación de “máquina kazaja”. Presión constante, un jab demoledor, combinaciones al cuerpo que parecían de manual soviético y una mandíbula que lo volvió un gran desafío. Entre 2008 y 2017 encadenó una racha invicta que parecía interminable, hasta que se topó con Saúl Álvarez y comenzó una rivalidad que marcó época.

Las tres peleas contra Canelo, entre 2017 y 2022, definieron la última parte de su carrera. El primer combate terminó en empate polémico; la revancha en 2018 fue victoria cerrada para el mexicano; y la tercera, ya con Golovkin entrando en los 40, mostró a un peleador combativo pero en declive físico. Fue su última aparición en un ring.

La tentación del regreso

En septiembre de 2022, tras la derrota ante Álvarez, el andar de Golovkin parecía cerrado. Su salida del boxeo fue discreta, sin conferencias teatrales ni lágrimas. Sólo el silencio de un veterano que entendía que el tiempo no perdona. Sin embargo, como la historia nos ha contado últimamente, la adrenalina no se jubila.

Manny Pacquiao, con 45 años, volvió a disputar un cetro mundial. Floyd Mayweather nunca dejó de aparecer en exhibiciones. Más atrás en la historia, George Foreman demostró que los 45 años se puede ser campeón, convirtiéndose en un ícono del boxeo tardío.

Golovkin parece querer sumarse a esa lista. La diferencia es que, en su caso, todavía no ha anunciado si será una pelea de exhibición, un combate oficial o un intento serio por competir en las clasificaciones.

¿Qué mueve a GGG?

El boxeo de Kazajstán vive un auge. En los últimos torneos amateurs, su país ha brillado con una generación talentosa que busca continuidad en el profesionalismo. Golovkin, que fue medallista de plata en Atenas 2004, es referente y mentor para muchos de ellos. Al ver a sus compatriotas triunfar, confesó sentir de nuevo la chispa competitiva.

“Ha sido tan bueno, muy reñido, cada pelea ha sido muy reñida… estoy muy emocionado. Todos están felices”, dijo en el marco del torneo de World Boxing.

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El regreso de GGG tendría un valor simbólico: no solo la posibilidad de verlo otra vez en acción, sino también la de despedirse como lo hacen los grandes, con un escenario digno. En 2022 se marchó sin homenaje, sin ese último combate que permita al público decir adiós.

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