Olimpia 2 - 2 Motagua

Moncada y Kleber, la esencia del Clásico de la Hondubet entre Olimpia y Motagua

De un lado, el debutante que se vistió de héroe; del otro, el brasileño que rozó la gloria. El Clásico hondureño tuvo cuatro goles y toda la esencia de una rivalidad propia del fut centroamericano.

Con un tanto agónico, el joven Moncada evitó la caída del Olimpia y frustró la noche soñada de John Kleber, figura del Motagua.
Frida Suari
Maestra en Periodismo Deportivo y Licenciada en Periodismo. Con paso por las redacciones de Récord, 'El 10' y Deportrece. Escribe de fútbol y ve partidos por deporte porque le hace sentir viva, igual que la fotografía digital y el cine.
Estados Unidos Actualizado a

Anotar de último minuto en un partido ya definido es uno de los regalos más grandes que, como futbolista, puedes dar a tu club y a sus aficionados. Sin embargo, convertir a manera de revulsivo, en un Clásico de la competición en la que militas y a los 17 años, es simplemente mágico.

Ese es el tipo de historia que Dereck Moncada hizo esta noche desde Tegucigalpa: hizo sombra al mejor jugador del enfrentamiento y le permitió a los suyos no caer desde casa frente al odiado rival.

La euforia con que Olimpia se plantó durante los minutos finales sí se hizo presente durante la primera parte del Clásico hondureño: los merengues dominaron toda la primera parte y prácticamente lo hicieron entre un mar de faltas, ya que ambos rivales pelearon con todo por la posesión del esférico.

De hecho fue esta pelea lo que llevó a que los merengues festejaran el primer tanto de la velada: una barrida de Licona sobre Pinto terminó en penal a favor de Olimpia, y Yustin Arboleda, sin titubeos, la mandó al fondo al minuto 13, anotación que generó un estado de euforia en el Chelato Uclés.

El primer empate

Pero Motagua no bajó los brazos. Rodrigo Gómez y Meléndez comenzaron a aparecer con intentos peligrosos y la zaga blanca comenzó a sufrir a raíz de cada tiro de esquina en beneficio de la visita... y la insistencia tuvo su premio.

A los 43’, una falta sobre Maicol Cabrera generó un tiro libre que apestaba a peligro. Kleber se encargó y con genialidad técnica cobró raso y dejó perplejos a los integrantes de la barrera merengue que saltaron a espera del disparo alto. Golazo y empate que congeló a la grada local pero encendió a la hinchada motaguense.

El 1-1 pintaba para quedar como el marcador final entre los máximos rivales de la Liga Hondubet, y es que la segunda parte se resumió en más faltas, rotaciones en la plantilla de ambos clubes y grandes apariciones de los arqueros.

El Motagua, cada vez más cómodo con la posesión, empezó a triangular con soltura, arrinconando a un Olimpia que ya no presionaba como antes. Y así, el protagonista del primer tiempo, Kleber, volvió a dejar su firma en el marcador.

Al minuto 85, Portillo filtró una asistencia precisa para un John Kleber que ya hilaba más de tres advertencias. Entonces sucedió: los reflectores del hogar merengue se posaron en él tras sellar su doblete, la réplica de una fórmula como parte del Ciclón Azul de la Hondubet. Su primer clásico… y lo estaba ganando casi en solitario. 

Moncada y Kleber, la esencia del Clásico  de la Hondubet entre Olimpia y Motagua
Kleber hizo historia con una exhibición de doblete en su primer Clásico en la Liga Hondubet.

Moncada eclipsó a John Kleber

Motagua se adelantaba 2-1 y el silencio pesaba en el estadio.

Espinel echó mano y movió el tablero a manera de respuesta a la línea de cinco defensiva que propuso López: Bengtson, Lobo y el juvenil Dereck Moncada ingresaron con la misión de cambiar el destino del clásico. Fue entonces que se escaló hasta el tiempo complementario: Nelson Salgado propuso añadir seis minutos y eso le bastó al Olimpia para conseguir un tiro de esquina que cambiaría el rumbo del enfrentamiento.

Todos los merengues acecharon y a la marea se sumó Edrick Menjívar, el arquero mundialista que terminaría haciéndole la pantalla perfecta a un Dereck Moncada que sabía que anotaría, pues con seguridad tomó la esférica, la bajó de manera elegante de la rodilla a sus pies y pegó un testarazo que fue a parar directo a la esquina del poste superior de Licona. ¡2-2 al minuto 97!

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Un Clásico que pasará a la historia finalmente tuvo su final y con dos protagonistas diferentes, memorables y que representan los colores del Olimpia y Montagua: John Kleber y un Moncada de 17 añitos.

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