Fútbol

Marruecos emerge como potencia

‘Los Leones del Atlas’ confirmaron su crecimiento con el título del Mundial Sub 20 en Chile. Suman un lustro glorioso con logros en Mundial absoluto y Juegos Olímpicos.

Marruecos ganó el Mundial Sub 20 al imponerse sobre Argentina en la final en Chile.
Rodrigo Garrido
Eduardo López
Periodista de reportajes y contenidos especiales de AS USA Latino/AS México, a donde llegó en 2015. Ha seguido a la Selección Mexicana de Fútbol por nueve países. Escribe sobre fútbol, baloncesto y política deportiva. Ha cubierto eventos como NBA, la Copa América Centenario 2016, Copa FIFA Confederaciones y la Copa del Mundo de Qatar 2022.
Estados Unidos Actualizado a

No es casualidad. Marruecos se consagró campeón del mundo en la categoría Sub 20, tras derrotar en la final del Mundial 0-2 a Argentina. Un título que, en otra circunstancia, sería sorpresivo, dado el historial futbolístico de ambos contendientes. Pero la situación le confiere cierto crédito a los ‘Leones del Atlas’. No es un hecho aislado. Es el resultado de un proyecto integral y ambicioso.

Todo empezó en 2010, cuando Marruecos inauguró una lujosa academia de fútbol en Salé, en las periferias de la capital Rabat, con una inversión inicial de aproximadamente 15 millones de dólares. El complejo lleva el nombre del Rey Mohammed VI, monarca de Marruecos desde 1999, y un gran aficionado al fútbol. De hecho, gran parte del financiamiento salió de su bolsa. El centro creció paulatinamente gracias al patrocinio de entidades como el banco más grande de Marruecos, AttijariWafa, o la empresa de telecomunicaciones Maroc Télécom. El cometido de la academia era dotar al talento en ciernes de un lugar de crecimiento y educación de excelencia. Concentrar en un centro neurálgico a las nuevas figuras del fútbol marroquí y rodearles de tecnología de punta, instructores de primera línea, seguimiento personalizado, tratamiento médico y formación personal integral.

La academia Mohamed VI cuenta con 11 canchas, una de las cuales es utilizada como campo de entrenamiento para las selecciones marroquíes mayores. Las superficies son de todos los tipos: naturales, artificiales; incluso, hay una techada, una de fútbol sala y una más de arena. Así, todos los futbolistas convocados a los combinados nacionales están alojados en el mismo predio. En colaboración con la Real Federación Marroquí de Fútbol, en el inmueble también se organizan cursos y programas enfocados a potenciar los conocimientos de jugadores, entrenadores y árbitros. Por si fuera poco, el complejo también tiene hoteles cinco estrellas, para goce de los seleccionados nacionales; y una mezquita. El rey también impulsó la construcción de más de 100 canchas de fútbol a lo largo y ancho del país para que los jóvenes marroquíes lleven al césped esa pasión callejera y la canalicen en competitividad.

Marruecos emerge como potencia
Younes El Bahraoui y Anas Tajaouart celebran el título Sub 20 de Marruecos en el Mundial Sub 20 de Chile.RODRIGO ARANGUA

Pero el impulso no sólo fue infraestructural. El plan también incluyó un ajuste estratégico. Desde 2015, la Real Federación trazó un plan para detectar talento con sangre marroquí desperdigado por todo el mundo. No importaba si no habían nacido en Marruecos, o si ni siquiera hablaban árabe o bereber, las lenguas de mayor uso nacional. Bastaba con que los cazatalentos evaluaran si tienen aptitudes para el fútbol y ascendencia marroquí. El proyecto involucraba monitorear a futbolistas que hayan emigrado desde el país, o portadores de doble nacionalidad, y reclutarlos para la causa. Convencerlos de representar a Marruecos, avalados en un proyecto establecido y concreto. Apelar al sentimiento nacional, pese a la distancia. Hacer de la diáspora no un hándicap, sino una fortaleza. Así se enfundaron de rojo estrellas ya consolidadas en el fútbol europeo, como Yassine Bounou (nacido en Montreal), Achraf Hakimi (nacido en España), Sofyan Amrabat, o Hakim Ziyech (nacidos en Países Bajos).

Marruecos: potencia emergente

El plan ya rindió resultados. ‘Los Leones del Atlas’ se convirtieron en la primera selección africana en llegar hasta las semifinales de una Copa del Mundo en Qatar 2022. A sus espaldas, llevaron a cuestas a todo el continente africano, al mundo árabe, y hasta la causa palestina. El equipo de Walid Regragui se convirtió en una selección de facto del llamado ‘tercer mundo’. El sueño concluyó tras caer 2-0 en Al Bayt ante Francia, pero el hito quedó para la historia. Marruecos rozó la cima con 14 futbolistas nacidos fuera de sus fronteras: cuatro en Países Bajos, cuatro en Bélgica, dos en Francia, uno en España, uno en Italia, y uno en Canadá. La diáspora no es apátrida, sino que ‘vuelve’ a casa en forma de orgullo y victorias.

La inercia continuó. Marruecos logró la medalla de bronce en el torneo olímpico de fútbol de París 2024, la primera en la disciplina para el país y la 26° en el medallero histórico. Tarik Sektioui utilizó un modelo similar a Regragui: españoles, neerlandeses y belgas enfundados con la camiseta carmesí. Y, ahora, el campeonato mundial Sub 20, el primer título oficial de FIFA para el fútbol marroquí. Othmane Maamma, Balón de Oro del campeonato, nació en Alès, Francia; y Yassir Zabiri, uno de los cuatro máximos goleadores, ya comienza a despuntar en el F. C. Famalicão portugués.

No es casualidad. Semifinalistas mundiales, medallistas de bronce, campeones Sub 20. Y el Mundial de 2026 está a nueve meses.

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