¡El ‘Mago’ Tapia logra el bicampeonato!

El Estadio Manuel Felipe Carrera ‘El Trébol’ atestiguó una final que tuvo un poco todo: tensión, errores, heroísmo, polémica y un desenlace tan glorioso como caótico. Antigua GFC resistió, sufrió pero terminó inmerso en la redacción de una nueva página dorada bajo la batuta de Mauricio Tapia, DT que volvió a demostrar que su nombre ya está ligado para siempre a la historia grande de los Aguacateros.

Desde el silbatazo inicial, Municipal dejó claro que no estaba dispuesto a entregar la corona sin pelearla, esto con presión alta, juego directo y constantes envíos al área, los escarlatas encajonaron a Antigua durante varios lapsos del primer tiempo.

Samayoa, Muñoz y Altán avisaron temprano, pero se toparon una y otra vez con un Luis Morán monumental, arquero que comenzó a erigirse como figura desde los primeros minutos y terminaría con la medalla de MVP.

La insistencia roja encontró premio al minuto 11 con un error defensivo que fue capitalizado por Calderón, quien con un cabezazo puso el 1-0 y encendió por completo el Trébol.

El gol acercaba a Municipal en el global y alimentaba la ilusión de la remontada, mientras Antigua parecía replegarse aún más para mantener al orden y aferrarse a la resistencia.

Un combate de todo momento

El duelo se tornó áspero, pues las faltas se acumularon, las amarillas comenzaron a llover y el partido entró en un terreno emocional. Rudy Muñoz fue protagonista constante, tanto en ataque como en reclamos, y el árbitro Escobar no dudó en mostrar tarjetas para contener los ánimos. En medio de ese escenario, Morán volvió a aparecer con atajadas clave que sostuvieron a los visitantes con vida.

Antes del descanso, Municipal volvió a rozar el segundo, pero entre Prillwitz, Robinson y el propio Morán evitaron que el marcador se moviera.

El desenlace inesperado

La segunda mitad mantuvo la misma tónica, pues Municipal aceleró, movió piezas y buscó el gol con disparos de media distancia y centros constantes.

El club Nazareno, más pragmático, apostó por cerrar espacios y dosificar energías, esto como reflejo de que Tapia había logrado una buena lectura de partido y refrescó su ataque para que, a cada minuto que pasara, el escenario más cercano fuera el del bicampeonato.

Morán siguió siendo el muro imposible de derribar: Altán, Muñoz y Hernández lo intentaron de todas las formas, pero el guardameta respondió con seguridad, temple y reflejos.

Con el reloj como enemigo, Municipal cayó en la precipitación, mientras tanto, Antigua administró los tiempos, enfrió el juego y resistió los últimos embates con oficio de campeón. Cuando el silbatazo final decretó el título, el alivio se mezcló con la euforia: Antigua GFC era bicampeón.

La fiesta, sin embargo, quedó manchada con una invasión de cancha por parte de aficionados escarlatas que dejó escenas lamentables que contrastaron con la hazaña deportiva.

Jugadores como Rudy Muñoz tuvieron que ser atendidos tras los altercados, evidenciando una alarmante falta de seguridad.

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Más allá del caos final, el veredicto futbolístico fue claro: Mauricio Tapia, una vez más, cumplió su magia: como en 2015, volvió a llevar a los Aguacateros a la cima y a consolidar una paternidad histórica ante Municipal.

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