El ‘detrás de cámaras’ de la elección de Vitor Galvani como coach de Capitanes CDMX

Corren nuevos e inusuales tiempos en la Arena Ciudad de México. Capitanes afrontará la temporada 2025-2026 de la NBA G League con un entrenador distinto a Ramón Díaz. El granadino era, hasta abril, el único coach que había tenido la franquicia. Él y nadie más. Díaz, que había forjado carrera como auxiliar de Sergio Valdeolmillos en la Selección Mexicana, fue la primera apuesta de la capitanía de Moisés Cosío, debutante en la turbulenta Liga Nacional de Baloncesto Profesional. El equipo necesitaba un liderazgo sensato, pero intenso, para afrontar el reto. Díaz cumplió con creces... por ocho años. Tanto que, incluso durante la migración de Capitanes a la G League, Cosío y la directiva no dejaron de confiar en él. La sinergia parece ya simbiótica, inquebrantable. Un ‘Erik Spoelstra’ en clave mexicana, si cabe la comparación. Tanto que. Hasta que.

Ramón Díaz dio un paso al costado en abril de 2025. Una sorpresa mayúscula. En extensa entrevista con AS, el granadino detalló que el restrictivo sistema de transferencias y player allocation de la G League jugó un papel fundamental en su decisión. Capitanes está condenado si la norma, diseñada en función de las necesidades de las filiales y sus franquicias matrices, no cambia para favorecer a una institución ajena a ese modelo. Capitanes no está afiliado a ninguna franquicia NBA, lo que reduce el margen de maniobra para construir plantillas competitivas y con espíritu latino, además. Si está sujeto a los vaivenes del mercado y no tiene una afiliación de la cual nutrirse. Taparse la cabeza y descubrirse las piernas con una manta que no le dejan usar. Una planificación deportiva que, por mejor que sea, puede durar dos meses. La paradoja colmó la paciencia de Díaz.

Tres candidatos: un exNBA, el seleccionador nacional y un viejo conocido

Capitanes se encontró, entonces, en una situación inédita: banquillo vacante. El equipo activó la búsqueda de entrenador por primera vez desde su fundación. La gestión de Ignacio Abascal, de vuelta en la silla tras la salida de Nuño Pérez-Pla, barajó principalmente tres nombres: Jorge Gutiérrez, el hábil exjugador mexicano, exNBA y doble-mundialista; Omar Quintero, vigente entrenador de la Selección Mexicana de Basquetbol; y Vitor Galvani, asistente de Ramón Díaz en la temporada 2022-2023 de la G League y reciente coach del Pinheiros, club de la poderosa liga brasileña (NBB). Gutiérrez aportaría el conocimiento fresco de la experiencia en la duela y su envidiable visión como guardia de élite adaptada al trabajo táctico; Quintero, el liderazgo consumado tras cuatro años al frente de las selecciones mexicanas y la capacidad de potenciar al talento en ciernes; Galvani, una suerte de continuidad, familiaridad con la casa, bagaje internacional y enfoque en la juventud.

Las charlas fueron fructíferas con los tres candidatos, sobre todo con Quintero y Galvani. Para Capitanes era muy importante que el elegido fuese latino y conociera la G League y sus entresijos. En ello, el brasileño Galvani partía con ventaja. El compromiso de Quintero con la Selección Mexicana hacía incompatible que asumiera el timón de Capitanes; la franquicia de la liga de desarrollo requiere trabajo a tiempo completo y los ‘12 Guerreros’ afrontarán dos cruciales ventanas de clasificación mundialista entre noviembre y febrero, meses en los que Capitanes estará inmerso en la liga de desarrollo. Los rivales son Estados Unidos, República Dominicana y Nicaragua. Difícil de compaginar. La decisión se fraguó. Vitor Galvani regresará a la Arena Ciudad de México; ahora, como el head coach. Conoce los retos y las particularidades del entorno, de la paradoja que alejó a Ramón Díaz del vestidor que hizo suyo tanto tiempo. Corren nuevos, inusuales, y esperanzadores tiempos en la única franquicia mexicana en el deporte estadounidense.

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