Qué es la “Tarjeta Dorada Trump” la nueva forma de conseguir la residencia en EEUU por un precio millonario

En un giro que ha encendido debates en Washington y en las redes sociales, la administración del presidente Donald Trump lanzó oficialmente la polémica “Tarjeta Dorada”, una nueva vía migratoria que promete convertir millones de dólares en residencia permanente en Estados Unidos para quienes puedan pagarlo. La iniciativa, que ya aceptó solicitudes esta semana, ha sido descrita como una ruta exprés hacia la green card para los más ricos, pero también levanta preguntas sobre su legalidad y equidad.

Según la Casa Blanca, quienes aspiren a esta tarjeta deben pagar primero una tarifa de procesamiento de $15,000 dólares y, tras superar una revisión de antecedentes por parte del Departamento de Seguridad Nacional, efectuar una contribución de al menos $1 millón al Tesoro estadounidense. A cambio, recibirían un estatus similar al de un residente permanente legal, con posibilidad de naturalizarse tras los años requeridos.

Conoce la “Tarjeta Dorada Trump”

El programa también contempla una versión corporativa, donde empresas pueden pagar $2 millones por cada trabajador extranjero que quieran traer bajo este esquema, y una “Tarjeta Platino” aún más exclusiva con un precio de $5 millones y beneficios fiscales adicionales, como pasar hasta 270 días al año en Estados Unidos sin tributar por ingresos fuera del país.

Desde la administración, se presenta esta tarjeta dorada como un esfuerzo por atraer talento global y capital extranjero, alegando que los fondos recaudados impulsarán proyectos económicos internos. El secretario de Comercio, Howard Lutnick, aseguró que el objetivo es incorporar personas con alto potencial económico y profesional.

Pero no todos ven esta medida con buenos ojos. Expertos en migración advierten que este esquema podría chocar con las leyes vigentes, ya que no fue aprobado por el Congreso y parece remodelar categorías tradicionales como las visas EB-1 y EB-2 sin respaldo legislativo explícito. Algunos abogados incluso señalan que los solicitantes podrían quedar sin recursos legales si el programa es declarado inválido posteriormente.

Críticos han pintado al programa como una “política de dos velocidades”, en la que solo quienes tienen capital masivo pueden aspirar a residir en Estados Unidos, mientras que millones de migrantes enfrentan restricciones más duras en otros frentes de la política migratoria. Satíricos y comentaristas políticos han calificado la iniciativa como un pase dorado para privilegiados, subrayando el contraste con el endurecimiento de otras vías de inmigración.

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En resumen, la Tarjeta Dorada Trump representa una apuesta audaz por monetizar la residencia permanente, desdibujando las fronteras entre inmigración, inversión y política pública, y desencadenando un intenso debate sobre quién realmente tiene acceso al denominado “sueño americano” en pleno 2025.

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