Ed Bambas, cajero de la tienda Meijer: “Me jubilé en 1999 y en 2012 me quitaron la pensión”
La historia de un veterano de 88 años revela cómo la pérdida de una pensión puede cambiar una vida… hasta que la solidaridad interviene.
Este 3 de diciembre de 2025, la foto de un adulto mayor tras la caja registradora de un supermercado en Michigan se convirtió en símbolo de injusticia y solidaridad en Estados Unidos. Se trata de Ed Bambas, un veterano del ejército de 88 años que confesó que sigue trabajando 40 horas semanales como cajero en Meijer en Brighton, Michigan, no por gusto, sino por necesidad.
Bambas relató que se jubiló en 1999 tras años de labor en General Motors, y confiaba vivir sus años dorados con tranquilidad. Pero en 2012, cuando GM se declaró en bancarrota, su pensión fue anulada. “En 2012 ellos quebraron y me quitaron la pensión”, dijo en un video que luego se volvió viral.
NEW: Internet users raise over $1.2M for an 88-year-old US Army veteran to help him retire after his pension was wiped out.
— Collin Rugg (@CollinRugg) December 3, 2025
Ed Bambas lost his wife 7 years ago and is now working 40 hours a week to make ends meet.
Bambas retired from General Motors in 1999, expecting to have… pic.twitter.com/tKkIys1rvT
“Me jubilé en 1999 y en 2012 me quitaron la pensión”
El golpe fue doble, ya que, unos meses después perdió también la cobertura médica que venía con su jubilación. “Lo que más me dolió fue cuando mi esposa estuvo muy enferma… y me quitaron la cobertura médica y todo salvo 10,000 dólares de mi seguro de vida”, confesó con la voz quebrada.
Para poder pagar las facturas médicas, él se vio obligado a vender su casa y propiedades. Cuando su esposa falleció, hace siete años, el panorama empeoró: “Una vez que mi esposa murió, no tenía ingresos suficientes para pagar esta casa ni todas las cuentas acumuladas por su enfermedad”, relató a un medio local.
Sin otra opción, regresó al trabajo. Hoy, a los 88 años, pasa ocho, hasta ocho horas y media de pie, cinco días a la semana, bajo la luz de un supermercado. “Tengo la suerte de que Dios me dio un cuerpo suficientemente fuerte para estar de pie ocho, ocho horas y media al día”, declaró, visiblemente fatigado.
Su historia conmovió a un voluntario insólito, el influencer australiano Samuel Weidenhofer. Luego de conocer su caso, lo visitó en Meijer, le entregó un propina de 400 dólares y lanzó una campaña de recaudación.
El resultado fue inesperado, pues en pocos días, donaciones de miles de personas, incluyendo celebridades, superaron los 1.3 millones de dólares y siguen sumando. Su hijo, visiblemente emocionado, reconoció el cambio: “Sé lo que esto va a significar para él; le cambiará la vida inmensamente”.
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Hoy, el gesto masivo de solidaridad no solo le abre una puerta al descanso , o al menos a una jubilación real, sino que expone el drama silencioso que viven muchos veteranos; décadas de trabajo, un retiro prometido, y la realidad de tener que volver a trabajar incluso en la vejez.
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