Así son los primeros juguetes para niños con Inteligencia Artificial: ¿Cómo se usan y cuál es su nivel de seguridad?
Los nuevos juguetes con IA prometen aprendizaje y compañía, pero expertos alertan riesgos de seguridad, privacidad y desarrollo infantil.
En plena temporada de compras navideñas, el boom de los juguetes con inteligencia artificial (IA), principalmente con osos de peluche y robots parlantes como protagonistas, enciende las alarmas de defensores del bienestar infantil, investigadores y pediatras. El reciente informe U.S. PIRG Education Fund, parte de su tradicional reporte anual Trouble in Toyland 2025, documenta cómo estos juguetes, vendidos para niños desde los 2 o 3 años, no solo resultan potencialmente peligrosos, sino que operan en un terreno de regulaciones difusas.
Según el informe, algunos de estos aparatos, conectados a internet, con micrófono, altavoz y sistemas de lenguaje basado en IA, llegaron a responder con instrucciones inadmisibles, pues decían cómo encontrar cuchillos, cómo encender fósforos o daban consejos sobre temas sexuales explícitos. En los tests realizados por PIRG, un peluche diseñado para interactuar, al que le preguntaron insistentemente, terminó describiendo actos sexuales adultos y fetiches.
Los juguetes para niños con inteligencia artificial ya están aquí, pero ¿son seguros? https://t.co/2f9l8wMZVZ
— CNN en Español (@CNNEE) December 1, 2025
Así son los primeros juguetes para niños con IA
El problema no es solo el contenido. Para Fairplay, organización de defensa infantil que alertó sobre estos juguetes, el daño es estructural: “Los juguetes de IA sustituyen ese juego imaginativo tradicional, donde el niño inventa historias, crea personajes, resuelve problemas, por respuestas automáticas, inmediatas, sin necesidad de esfuerzo”, explicó su directora del programa infantil, Rachel Franz.
Además, la IA convierte al objeto en un interlocutor real para los más pequeños, algo para lo que sus cerebros aún no están preparados. La pediatra e investigadora del desarrollo infantil Dana Suskind advierte que ese vínculo con un “compañero artificial” puede socavar habilidades sociales clave, como la creatividad, la empatía y la tolerancia a la frustración.
La dimensión comercial no pasa desapercibida, ya que, según datos citados por medios, el mercado global de juguetes inteligentes ya alcanzó los 16,700 millones de dólares en 2023, con más de 1,500 empresas solo en China dedicadas al desarrollo de juguetes con IA. Marcas reconocidas, como Mattel, anunciaron recientemente alianzas con proveedores de IA como OpenAI; aunque han prometido que sus productos estarán dirigidos sólo a mayores de 13 años e incluirán salvaguardas de privacidad, los defensores consideran insuficientes esas garantías.
El llamado de fondo de Fairplay, PIRG y decenas de organizaciones firmantes, más de 150 expertos en pediatría, psicología, derechos infantiles y desarrollo educativo, es contundente; no compren juguetes con IA para niños pequeños esta temporada navideña.
“Estos juguetes se aprovechan de la confianza natural de los niños; recogen datos sensibles, sustituyen interacciones humanas esenciales y pueden minar su desarrollo social y cognitivo”, afirma Franz.
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Para muchos especialistas, los juguetes tradicionales, como bloques, muñecos, juguetes manuales o de imaginación, siguen siendo la mejor opción. No demandan regulación especial, no graban conversaciones, no transmiten datos personales, ni imponen amistades artificiales, pero sí fomentan creatividad, socialización y pensamiento activo: ingredientes claves para una infancia saludable.
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