De manera inesperada, aunque de él siempre puede esperarse lo mejor, Rafa Nadal juega este viernes (no antes de las 4:30 hora española, Eurosport) las semifinales del Open de Australia por séptima vez. El balear de 35 años, que llevaba casi seis meses sin competir en partido oficial cuando disputó y ganó el ATP 250 de Melbourne, se mide a Matteo Berrettini (verdugo de Carlos Alcaraz y Pablo Carreño en esta misma edición), a quien venció en la misma ronda del US Open 2019, su único enfrentamiento anterior.

Las sensaciones, a pesar de ese golpe de calor que le puso muy cuesta arriba el partido de cuartos frente a Shapovalov, no pueden ser mejores, sobre todo si se tiene en cuenta de dónde y cómo viene Nadal, con un contagio reciente por COVID de por medio. El duelo tendrá lugar a primera hora de la tarde en Melbourne, en unas condiciones que favorecen al español (“La pelota corre más de día y pesa menos”, explica), aunque las previsiones apuntan a un 100% de posibilidades de que llueva ese día en la capital de Victoria, por lo que el techo de la Rod Laver Arena se cerraría y se jugaría a cubierto. Malo para Rafa, que ganó cinco de las seis semifinales que jugó en el Grand Slam oceánico, con una única derrota en la edición de 2008 frente al francés Jo-Wilfried Tsonga. No obstante, hace unos días contra Karen Khachanov demostró que podía actuar a un gran nivel sin sol e incluso de noche.

Berrettini, italiano de 25 años y séptimo jugador del mundo, tiene en el saque y en el drive sus mejores armas. Es el líder en aces de los cuatro tenistas que continúan en liza en el torneo con 92, aunque le han roto nueve veces el servicio, mientras que Nadal sólo lo ha perdido en cuatro ocasiones. "Es una gran oportunidad otra vez para mí. Le vi tantas veces en este torneo y en otros, animándolo, que jugar con él en la Rod Laver en las semifinales del Open de Australia es algo que soñé cuando era niño. Ya está, lo he dicho. Pero quiero ganar este partido. Sé que puedo hacerlo. Va a ser muy difícil. Pero estoy en las semifinales en un Grand Slam por tercera vez y quiero llegar más lejos todavía", asegura el titán romano de 1,96.

Respeto

El manacorí le respeta: "Es uno de los mejores jugadores del mundo desde hace un tiempo. Muy sólido. Necesito jugar al 100% y al más alto nivel si quiero seguir teniendo oportunidades de pelear, ser competitivo y tratar de estar en la final". Eso nadie lo duda, empezando por su entrenador, Carlos Moyà: "Nadal siempre vuelve y siempre va a dar guerra. Tienes la carta de que es Rafa", dijo en El Partidazo de la COPE. Y añadió: "Perdió cuatro kilos tras el partido, la deshidratación fue grande. Suele sufrir en esas condiciones. Había hecho todas las cosas bien, así que no esperábamos lo que iba a ocurrir a la hora y media de juego. Era ganar un set entero ante un jugador que estaba siendo mejor que él. Al final se juntaron el mal juego de Shapovalov y la fortaleza mental de Rafa". "La clave es que va a tener un día extra que nos va a venir de perlas para la recuperación", celebró.

El miércoles, el ganador de veinte majors hizo un poco de bicicleta estática y salió a pelotear únicamente veinte minutos. Este jueves volvió a entrenarse con total normalidad para preparar un partido ante Berrettini que le pude catapultar hasta una nueva oportunidad de sumar el título 21º y liderar esa batalla que libra frente a Novak Djokovic y Roger Federer.

Cuadro masculino del Open de Australia.