Un Andy Murray en forma aún podría ser competitivo contra los mejores jugadores y los aficionados al tenis deberían considerarse afortunados por poder ver en acción al ganador de tres títulos de Grand Slam, afirmó a Reuters el que fuera técnico del tenista británico, Daniel Vallverdú.

El entrenador venezolano actualmente dirige al tres veces ganador de Grand Slam Stan Wawrinka, que derrotó al exnúmero 1 Andy Murray por 6-1, 6-3 y 6-2 en primera ronda de Roland Garros esta temporada.

Fue la peor derrota de Murray en un Grand Slam en su regreso a las pistas de Roland Garros depués de tres años de ausencia en los que se sometió a dos importantes operaciones en la cadera.

La dura derrota provocó que el siete veces campeón de Grand Slam Mats Wilander sugiriese que Murray debería considerar si tiene derecho a aceptar invitaciones para los Grand Slam en vez de darle la oportunidad a jóvenes tenistas.

"Es sorprendente todo lo que está haciendo y cómo ha vuelto tras ese tipo de lesión que ha tenido", comentó Vallverdú en conversación telefónica desde Mónaco. "Todos nosotros somos muy afortunados de poder tenerle alrededor y no solo en el vestuario, sino para verle competir".

Vallverdú formó parte del equipo de Murray entre 2010 y 2014, cuando el escocés ganó el US Open y Wimbledon y también alcanzó la medalla de oro en el cuadro individual de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, su casa.

"Se mantiene en forma, y yo diría que no siente dolor. Sin dolor y en buena forma física, no me sorprendería que Andy lograse grandes resultados el próximo año. Es difícil decir qué pasará, pero creo que si mantiene bien su cuerpo, creo que será competitivo contra los mejores y en los grandes torneos. Nunca le descartaría", confesó Vallverdú.

Vallverdu tenía 24 años cuando empezó a trabajar con Murray, un año más joven que él, y también ha entrenado a otros grandes tenistas como Tomas Berdych, Grigor Dimitrov y la exnúmero 1 de la WTA Karolina Ploskova.

Vallverdú siente que la base de una relación entre un entrenador y un jugador es el profesionalismo y el respeto mutuo. "Obviamente tener una buena relación ayuda, pero la base de esto es asegurarme de que, como entrenador, estoy sacando lo mejor del jugador y le ayude a maximizar su potencial", dice Vallverdú.